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Las manos del alfa duelen al terminar de preparar unos desastrosos Hot Cakes para su omega, hay un fuerte olor a quemado en el ambiente y sus mejillas están demasiado rojas por el calor en la cocina, logrando que la presencia del sudor adhiera algunos cabellos a su rostro; la intención es lo que cuenta ¿verdad? Eso quiere creer mientras pasa el antebrazo por su frente para correr los mechones que le estorban la vista, en especial cuando le da una última mirada resignada a su espantoso platillo mal adornado en un vano intento por esconder cuán quemado se encuentra.
Jungkook no sabe cocinar, por eso Jimin jamás lo deja solo en la cocina, pero hoy es un día muy especial; su precioso omega cumple veinticuatro años de vida y al parecer el alfa es el que más emocionado está porque literalmente despertó a su pareja a las 5 de la mañana gritándole que era su cumpleaños. Jimin le gruñó y le dijo "¡estúpido alfa, deja de recordarme lo viejo que estoy!"
Ah, Jimin es un amor por las mañanas.
Sale de la cocina con las manos ligeramente rojas y punzando por haber tocado el horno caliente sin protección alguna, la porcelana fría contra sus heridas es dolorosa y desea que su perfecto omega deje "besos sanadores" ―como él los llamaba― sobre estas hasta que se sienta mejor. Suelta el plato sobre la mesa y Jimin lo mira por un par de segundos, como si dudara que eso fuera comestible.
—¿Feliz cumpleaños? ―murmura Jungkook, y sonríe hasta que unos diminutos hoyuelos quedan al descubierto en sus mejillas porque nota al hermoso omega sonrojarse a pesar de que su largo cabello castaño hace que se le dificulte ver su rostro―. Realmente tenías un humor de perros en la madrugada, hyung, y pensé que tal vez podría...
―Gracias ―lo irrumpe aún con su vista fija en la comida, Jungkook quiere sentarse junto a él pero al instante Jimin lo toma del brazo y tira de él hasta que queda en su regazo―. Desayuna conmigo, Jungkookie, es mi cumpleaños ―pide, tiene una sonrisa involuntaria en su perfecto rostro y sus pómulos resaltan; su camiseta gris mal acomodada deja ver la mordida que Jungkook le hizo un año después de conocerse (él realmente agradece que haya esperado tanto).
Jungkook está feliz porque su predestinado también lo está, lo sabe porque su lazo hace que sienta en torbellino de emociones ante las acciones del otro por él; y aunque si no hubiera un lazo, el alfa reconocería de igual forma la felicidad en los ojos del omega. Él siempre ha sabido leer a Jimin, desde que llegó con Hoseok a la clase de danza y música y se presentó torpemente porque, a pesar de siempre mostrarse como alguien extrovertido y carismático, guardaba en algún rincón de su ser algo de timidez cuando se encontraba frente a gente nueva (es por eso que a veces toma con fuerza la mano de Jungkook, como pidiéndole que no lo soltara, y el alfa de verdad no piensa soltarle jamás), sabe cuando Jimin está incómodo y necesita espacio, como esa vez que no lograba un paso de una coreografía y empezó a frustrarse tanto que sus feromonas de enojo asustaron a todos; y Jungkook supo con sólo una mirada que Jimin necesitaba estar solo, así que con una excusa sacó a sus amigos del sitio y diez minutos después volvieron; para entonces el omega ya se sentía mejor luego de un tiempo a solas y le agradeció a Jungkook con un beso en la frente.
Desde ese momento Jeon Jungkook sabe que está enamorado Park Jimin, de sus lunares, de sus labios rojizos y rechonchos, de la manera en que al lado de sus ojos se forman unas lindas arruguitas y sus mejillas se inflan como panes recién horneados cuando sonríe con sinceridad, ama verle recién despierto aunque a veces esté de mal humor y le grite que lo dejara en paz porque después le pide disculpas con besitos y no hay nada que él ame más que sus besos.
Le gusta mucho Jimin, ama pensar en la idea de que algún día tendrán una hermosa familia llena de cachorros tan lindos como su omega.
Porque así debe ser, ellos nacieron para estar juntos.
Jimin había sido hecho para que Jungkook le admirara. Y Jungkook había sido hecho para admirar a su bebé.
―Cásate conmigo ―dice de golpe, aún en el regazo del omega, con el corazón golpeando fuertemente en su caja torácica. Jimin detiene sus acciones y le mira, Jungkook ve duda en sus ojos y luego como aparta la vista mientras niega lentamente―, cásate conmigo, omega ―repite, la ilusión parece querer apagarse de sus luceros brillantes pero no lo permite, se obliga a esperar una respuesta diferente, pero Jimin sigue sin mirarle―. Hyung, por favor, cásate conmigo.
―No ―Jimin niega nuevamente con la cabeza y mira a su alfa, Jungkook tiene un puchero en los labios y lo besa con sumo cuidado intentando que el menor no haga un berrinche―, no.
―¿Por qué no, Jiminie?
El de cabellera castaña se encoge de hombros.
―Porque no sabes cocinar ―bromea, dejando un último beso sonoro en la mejilla del pelinegro antes de sacarlo de su regazo y levantarse―. Voy al baño y luego iré a la universidad, que te vaya bien hoy, bebé. Recuerda que ésta noche Seokjin hyung dará una fiesta por su cumpleaños.
―Sigo sin creer que siga dando fiestas después de tener trillizos.
―Puedo esperar cualquier cosa de alguien que se casó con Kim Taehyung ―se burla y ambos ríen.
Pero aún así, el corazón de Jungkook sigue doliendo un poco ante el rechazo.
ʚ永恒的爱ɞ
Jungkook va tarde a la universidad, corre por toda la casa mientras intenta encontrar sus libros de sociología. Como último recurso, entra al baño (tiene la rara idea de que Jimin los escondió ahí) pero se encuentra con algo muchísimo mejor; pegada al espejo, hay una nota de color rosado escrita con una impecable letra.
"claro que quiero casarme contigo, bobo. sé veloz y consigue los anillos.
― el mejor omega del mundo.♡
posdata: ¡felicidades, papá!"
Y cuando baja la mirada, en el lavamanos hay tres pruebas de embarazo; todas dando positivo.
