Capitulo 5. Al trabajo

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     —¿Mis reglas? No...no lo sé— dije sin mirarlo.

Me cuesta mucho mentir y cuando miro a la persona a los ojos me siento culpable y digo la verdad.

     —¿No lo sabes? Estaban pegadas a la pared— dijo el serio mientras yo me dirigía al tocador dándole la espalda.

     —Seguramente se han de haber caído y se perdieron— dije sentada en el tocador haciéndome la que me peinaba el cabello.

     —Jovencita, en una conversación se mira a la cara y nunca se da la espalda— dijo el con su tono de regaño.

     —Lo siento— dije mirando hacia abajo dándome la vuelta mirando hacia abajo quedándome sentada.

    —Mírame a la cara cuando te hablo.— dijo el de pie frente a mi tomando mi barbilla elevándola hacia arriba haciendo que lo mirara. —Te lo preguntaré otra vez ¿Sabes donde están tus reglas?— dijo el con una mirada algo enojada.

¡No lo mires a los ojos! ¡No le digas! ¡No le digas! ¡Te castigará si lo haces! No le digas!

     —Mírame a los ojos y dime la verdad— dijo el elevando un poco la voz.

     —Yo...yo las despegue.

¡Estoy muerta!

     —¿Las despegaste?— preguntó suspirando después de haber pasado sus manos por su rostro.— Y...¿donde están ahora?— me preguntó mientras su mandíbula se tensaba un poco.

     —Yo... es que...yo...las arrugue y las lance por el balcón— dije apenada.

En ese momento soltó mi barbilla y su expresión cambió a una de enojo.

     —¿Las tiraste por el balcón? Me podrías dar una explicación de ¿Por qué?— dijo el mientras caminaba alrededor de la habitación bufando levemente.

     —Pues...¡Porque me parecían estupidas! No soy una niña como para tener reglas tan tontas.— dije con reclamo.

     —¡Phoebe Annabelle Grey, tienes solo catorce años claro que eres una niña! Y esas "estupidas" reglas según tú son para que tengas un orden ¡Disciplina!— dijo molesto alzando la voz.

Yo ante esto baje la cabeza apenada, odiaba que me llamaran por mi segundo nombre y mas si lo decían en ese tono.

     —Y claro que vas a tener un orden, porque ahora mismo vas a tener el castigo que mereces— dijo el con el mismo tono sentándose en la cama. —Sobre mis rodillas, ahora— dijo el serio.

     —¡Esto es increíble, no soy una niña pequeña como para que me castigues así!— dije molesta rodando los ojos inconscientemente.

     —Y todavía tienes el descaro de reprocharme y rodarme los ojos, no tendré mas paciencia Annabelle, ¡Sobre mis rodillas ya!— dijo el frunciendo el ceño.

     —Padre por favor, solo era una hoja no es para tan...— intente hablar.

    —Te lo advierto, Annabelle si cuento a tres y no estás sobre mis rodillas tu castigo será peor.

     —Uno..— el miedo comenzó a invadirme.

     —Dos..— No pude más y me levanté del banquillo del tocador y me acerqué a él.

Tomo mi mano y la jalo con algo de fuerza haciendo que cayera recostada sobre sus rodillas.

Sentí cómo subía levemente mi "jumper" y bajaba el short blanco que estaba debajo de este, mostrando mi ropa interior blanca.
¡Intente detenerlo claro! No quería pasar esta vergüenza, pero el tomo mis dos manos y las sostuvo frente a mi cara con una mano.

"Esta vida no es fácil" ( La hija de Christian Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora