¿Dónde está mi hermano?

Capítulo 42

Después de ese dilema de Alex-zombie todos fuimos a casa. . Alex se quedó dormido amarrado al árbol entonces Luke, George y Dave lo arrastraron a casa mientras Connor iba conversando animadamente conmigo. Claudia estaba muy agotada así que se fue a la cama inmediatamente. Los chicos también se quedaron a dormir por lo tarde.

A la mañana siguiente…

XXX: ¡ABRAN LA MALDITA PUERTA! – gritó un abuelito.

Salté de la cama cayendo brutamente al suelo.

Azul: ¿Pero qué mierda?

XXX2: ¡LUIS NO GRITES! – gritó una señora.

Azul: ¿Abuela? – dije levantándome del suelo a la vez que daba un largo bostezo.

Luke: Voy a abrir la puerta… - dijo levantándose somnoliento.

Azul: okey… - me acosté de nuevo en la cama.

Espera… Esa era mi abuela… y mi abuelo…

Azul: ¡JODER! ¡LUKE NO! – me levanté del suelo y corrí escaleras abajo. Al llegar Luke ya había abierto la puerta.

Luke: ah… ¿Hola en que puedo ayudarlos? – preguntó amable.

Abuela: Jovencito, ¿esta es la casa de los Monroe? – preguntó de la misma forma pero frunciendo la frente  y mi abuelo matando con la mirada a Luke

Luke: ah… si… ¿Sucede algo?

Azul: ¡Abuelos! – grité emocionada y me lancé a sus brazos empujando a Luke sin querer

Abuela: ¡Mi niñita! – Me apapachó de la misma forma – espera… ¿Por qué estas vestida así?, ¿Y quién es él? – Mi abuela Tina hizo una cara de horror épica.

Azul: ¿¡QUE!? ¡ABUELITA COSHINA! – dije riendo.

Abuelo: ¡Agustina pásame la escopeta ahora! ¡A este lo saco a balazos de la casa! ¡Sale mierda! ¡Aléjate de mi nieta!

En eso George venia bajando con su pijama y todo chascón.

George: ¿Qué está pasando Azulosa? – dijo bostezando.

Abuela: ¿¡QUE!? ¿¡UN TRIO!? – abrió los ojos como platos.

Azul. ¡Abuelita! –

Abuelo: ¿Y el quien es…? ¡Agustina mi escopeta! – dijo enojándose.

Abuela: Luis no sé dónde la dejaste – rodeó los ojos.

Abuelo: ¡Saca al pato entonces! – frunció el ceño.

Abuela: ¿El pato? ¿No lo íbamos a cocinar al horno?

Abuelo: después, ¡Saca al maldito pato!

Mi abuela negó con la cabeza y tomo una bolsa grande con algo moviéndose dentro. De golpe una cabeza de pato salió de la bolsa. Del susto eché un paso atrás.

Varios pasos se escucharon desde la escalera. Volteé la cabeza y venían los demás… Menos Claudia.

Maldita por tener el sueño tan profundo, me hubiese ayudado si estuviera despierta.

Abuela: Ay Dios mío - se desmayó dramáticamente. Mi abuelo reaccionó y la tomo antes que callera. Y sin querer solto al pato.

CUAK CUAK CUAK CUAK CUAK… Cueckeaba... ¿Cueckeaba?

Fruncí mi ceño al pensar como se llamaba el sonido que producía un pato. Cueckear… Empecé a reírme sola por aquella palabra.

Aquel pato seguía corriendo por la habitación.