Es un año como cualquiera, cada vez más gente toma la decisión de celebrar halloween, menos yo.
El último año que lo celebré, digamos que no salió muy bien,ya que me asesinaron.
Ahora vago por las calles tratando de encontrar a mi asesino, que por desgracia es mi hermano Nick.Esto es algo que a día de hoy aun me sigue doliendo en lo más profundo de mi ser plasmático.
Ya tengo una pequeñísima idea de lo que le obligó a hacerlo.Sus rituales vudú. En los cuales utilizaba animales pequeños; como gatos, perros o alguna rata que de forma inconsciente caía en las ratoneras repartidas por el edificio donde vivíamos. Pero un día decidió ir más lejos y utilizar a su hermana pequeña.
Hoy es treinta y uno de octubre, el día perfecto para que mi hermano viva la pesadilla que yo viví aquel trágico día.
Ya está cayendo la noche y dá comienzo la espera a que mi hermano salga por el portal y así sorprenderlo. Pero el tiempo pasa y mi hermano sigue sin aparecer, es algo extraño y decido subir a casa y matarle en mi antigua habitación.
Al llegar a la puerta de entrada, la descubro entornada, la empujo y ante mí se descubre una escena que me haría vomitar en caso de tener estómago.
Mi hermano se encuentra colgado de la lámpara del techo, lleno de arañazos y magulladuras, la cara ensangrentada y quemaduras varias.
Al mirar hacia al comedor, encuentro a mis padres sobre la gran mesa que lo preside, descuartizados, sus cabezas son lo único que se encuentra medianamente intacto, las han utilizado como candelabros para unas velas que le dan un aire romántico-escalofriante, si es que existe alguna palabra que pueda describir la situación.
En el sofá del salón, me encuentro a la que era la actual novia de mi hermano, con un agujero de bala en la cabeza y el revólver de mi padre en la mano.
Creo que con estos acontecimientos, este día pasa a ser el peor de mi ¿no vida?.
