Miércoles 8 de octubre del 20149:30 p.m.
— Siento que debería de ser yo quien te deje en tu casa —comentó con una sonrisa en el rostro Matt.
Walt se limitó a sonreír. Le molestaba cuando su novio tomaba esa actitud de super macho solo porque Walt tomara ciertas iniciativas en la relación. Ambos eran hombres. Los roles que tuvieran en la cama no tenían que definir toda su relación.
— ¿Sucede algo? —preguntó el mayor.
— No, nada —dijo aún sonriendo Walt. Decidió añadir algo aún así, de otra manera sabía que su novio no lo dejaría en paz —. Sabes que tu casa quedaba más cerca del restaurante que mi departamento.
— Es cierto pero aún así...
— De peros nada Matt —comentó volteando a verlo mientras seguían caminando a la casa de su novio—. No me va a pasar nada —le dio un beso fugaz en la mejilla para tranquilizarlo—. Puedo defenderme solo, créeme —sonrió para si mismo cuando dijo eso último.
— No es que dude de ello —aunque Walt tenía el ligero presentimiento de que sí lo hacía— pero, no me siento cómodo por no acompañarte hasta tu casa. Trevor ya me odia lo suficiente y siento que lo hará más por no irte a dejar hasta su departamento.
— Es decir que… ¿lo haces más por quedar bien con mi mejor amigo que conmigo? —preguntó divertido el menor.
— No exactamente. Creo que no sonó bien.
— Entiendo tu punto pero deja que te recuerde una cosa —se giró para verlo de frente y Matt hizo lo mismo—. Estás saliendo conmigo, no con Trevor. Con quien tienes que quedar bien es conmigo, no con mi mejor amigo. Además, estaré bien, en serio.
— Vale.
— Llegamos a su residencia señor Donovan —dijo Walt mientras se detenían frente a una casa de estilo victoriano de tres pisos.
— ¿Y si te quedas a dormir? —preguntó el mayor, y Walt pudo notar un tono coqueto en su voz, además de un olor que indicaban las verdaderas intenciones detrás de esa propuesta.
— Hoy no Matt. No puedo faltar mañana al trabajo.
— Al menos no puedes decir que no lo intenté
Ambos chicos se sonrieron. Walt se despidió y estaba dispuesto a irse pero su novio le detuvo y lo besó apasionadamente, como recordatorio de lo que a Walt le hubiera esperado si se hubiera quedado a pasar la noche o como si con eso esperara que cambiara de opinión. Sin importar que el beso le hubiera dejado esperado con ganas de algo más, decidió marcharse.
Aunque era cierto que Walt no podía faltar mañana a su trabajo, habían otros motivos por los cuales no quiso pasar la noche en casa de su novio. Parcialmente era porque seguía molesto por la actitud “super macho” que Matt podía llegar a tener, sin embargo, principalmente era porque esa noche era noche de luna llena y, aunque ya podía controlarse completamente ante la luz del satélite lunar, quería disfrutar de esa noche a su manera.
Se adentró en el bosque. Para correr con libertad y llenarse de la adrenalina que la luna llena le provocaba. Corría sin rumbo aparente, pero estaba consciente de que dirección debía tomar si quisiera salir. No era la primera noche que hacía eso después de todo. Sonreía ampliamente al correr. Correr era algo que siempre le alegraba y alejaba sus preocupaciones. A pesar de eso, el destino no parecía estar de su lado, porque sus preocupaciones volvieron en cuanto notó que había alguien cerca. Esa persona se encontraba dándole la espalda, agachado, y parecía estar enterrando o sacando algo de la tierra. Walt desaceleró, para no causar sospechas y se acercó un poco para ver de quien se trataba, había algo que le decía que reconocía perfectamente la espalda de esa persona.
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The Dark Side of the Moon
WerewolfAl llegar a Rises Hills lo único que Walter Patterson desea a sus cortos 18 años, es una vida medianamente normal. Sin embargo, a los pocos días de llegar su esperanza desaparece al notar que allí también habitan hombres lobo. Cuando pensaba que eso...