París

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A: -Bueno, ahora... ¿Me hacen el turismo o qué?- Preguntó mientras se sacaba el chupa chups de la boca

T: -¿No tienes estudiado todo el edificio? -Le dijo mirándola con rabia

A: -Sí... Pero no conozco muy bien el interior, ¿Me guías Raquel?

L: -Ahora soy Lisboa

A: -Como quieras, aunque para mi siempre serás Raquel- La miro a los ojos por unos segundos pero luego se volteó a ver a los demás -Así como tú siempre serás Silene Oliveira- Dijo señalando a Tokio -Tu siempre serás Daniel Ramos- Ahora su dedo apuntaba hacia Denver- Y bueno, Mónica Gaztambide, Miguel Herrán, Sergio Marquina, etc.- Continuó mientras movía su mano de un lado a otro vagamente. -Por lo menos díganme dónde me puedo cambiar y quitarme este mono ridículo

T: -Si tanto eres del grupo, el mono te lo quedas- Le dijo enojada

A: -Pero ¿Por qué todos tan enojados?

T: -Tal vez porque torturaste a Río, o porque por tu culpa mataron a Nairobi, porque nos hiciste la vida imposible... ¡¿Qué eliges?!

A: -Primero, estaba bajo las órdenes de los superiores, segundo, el imbécil de Tamayo fue el que tuvo la culpa de la muerte de su compañera y último, ahora los ayudaré a salir, así que no se pueden quejar

T: -¿Cómo que nos ayudarás?

A: -Sí, sé cada movimiento que hará la policía, así que les puedo facilitar la salida

T: -¿Y por qué lo harías?

A: *Porque quiero que Raquel salga de aquí viva, sino ¿Por qué?* Pensó Alicia -Porque ahora todos estamos aquí atrapados.- Alicia no tenía que estar ahí atrapada, si se quería fugar del país para huir de la policía tenía el dinero suficiente para hacerlo. Pero no podía soportar la idea de dejar a Raquel ahí abandonada, después de todo lo que habían vivido juntas. No seguía enamorada de ella, o bueno, al menos ella no creía que seguía enamorada de ella, pero luego de todo lo que vivieron no podía dejarla ahí tirada

=30 años antes=

R: -¡Alicia!

Alicia estaba caminando por el otro lado del pasillo, una multitud la rodeaba pero ella destacaba entre todos, con su cabello pelirrojo, y su forma de moverse entre la gente. Siempre con actitud, con fuerza, siempre como la reina de todo. 

R: -¡Alicia, aquí!

A: -¿Eh?- Alicia se volteó cuando escuchó su nombre y vio que Raquel la llamaba

R: -Hola

A: -Hola

R: -Quería hablarte de lo de ayer... Que bueno... Fue por el momento...

A: -Bueno

R: -¿No dirás nada más que "bueno"?

A: -No sé qué esperas que diga

R: *Es cierto, ¿Qué espero que diga?*

A: -Me gustó, si tú lo sientes como un error, lo entiendo

R: *Eso, eso esperaba que dijera*

Alicia ya se estaba yendo Dios sabe adonde pero Raquel la agarró del brazo -A mi también me gustó...- Estaba más colorada que un tomate, pocas veces había sido realmente valiente, y esta era una en las que más.

Ralicia: Te necesito conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora