Me tuviste con un "Hola"

Día 600

Es imposible describir lo feliz que soy.

Scott es de otro planeta, lo digo en serio, ese chico no puede ser real.

Pero lo soy tontita.

Dale que va... Scott, te compré un diario. Por favor no molestes mientras escribo en el mío.

Perdón... no molesto más.

Bueno... ¿dónde estaba?

Sí... Scott... no se, tengo miedo que todo esto sea un sueño. Y que como tal se esfume de un momento a otro.

Se que no tengo motivos para pensar esto, porque todo es perfecto, y por fin somos felices... pero... creo que eso es lo que me da miedo. Que todo es demasiado perfecto.

No se, seguro me este volviendo loca. O este nerviosa porque se acerca fin de año... lo que significa, buscar algo nuevo que hacer. Algún curso, posgrado, diplomatura, lo que sea, incluso buscar algún trabajo.

Scott, me ofreció un puesto en su compañía, pero lo rechacé. Quiero ver qué puedo conseguir sola, sin ayuda... algo que sea mío.

Sigo creyendo que estás loca, pero te amo de todos modos.

Ya te voy a hacer lo mismo cuando vos estés escribiendo... la venganza será terrible.

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Me tuve que venir al baño, para que Scott no me molestara.

Tenía que escribir algo y no quería que él lo leyera... porque no se como decirle...

Connor... sí, el maldito de Connor va a venir... a hacer su último año acá... en Finlandia... en mi universidad.

Me enteré ayer, Sam me contó. El muy idiota le envío una carta.

Sam,

Te escribo para informarte que me voy a Finlandia. Se que no nos conocemos, pero te puedo asegurar que pronto vas a ser mi cuñada.

Saludos, Connor.

Llegamos a la conclusión de que enloqueció. ¿Por qué tiene que venir a molestar? Lo más seguro es que ni me lo cruce, ya que no vivo en el campus. Y tal vez ni siquiera curse todos los días...

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Cuando salí del baño, Scott me estaba esperando en el balcón.

Se nos pegó la costumbre cenar en el balcón todas las noches, y brindar por aquello que nos había hecho reír en el día.

El muy tonto siempre brindaba por mí, y yo por él...

Hoy no fue la excepción, pero Scott estaba raro.

"¿Pasa algo?", sabía que algo le molestaba. Tenía esa mirada que lo delataba.

"¿Cuándo pensabas decirme de Connor?", se me abrieron los ojos como platos al escuchar ese nombre.

"¿Eh? Yo...", estaba muda. No sabía qué decir.

"Tu hermana me dijo, cuando estabas en el baño, llamó y me contó", estaba serio.

"Ella me contó ayer... así que no se mucho más que vos", porqué mi hermana no pudo cerrar la boca.

"Sí, me dijo... lo que no se, es por qué no me contaste vos".

"¿En serio, Scott? Que se yo, no le quiero dar mucha importancia. Dudo que sea verdad, para ser franca".

"Pero pudiste haberme dicho".

"No puedo creer que sigamos hablando de lo mismo. Me enteré ayer, ¿ok? ¿Qué se supone que te iba a decir? ¿El psicópata ex mejor amigo de mi ex, le mandó una carta a mi hermana diciendo que va a venir? ¿Es más, le dijo que iba a ser su futuro cuñado?".

"Bueno... sí".

"Scott, por favor. El tipo esta loco, y dudo que llegue a venir. Y si lo hace... ¿qué? Ya no vivimos en el campus, y tal vez ni siquiera curse en la universidad".

"Sí... puede ser. De todos modos, no quiero que te moleste".

"Scott... ¿te olvidaste acaso de mi increíble rodillazo?", logré que se riera.

"Buen punto", alzó la copa de nuevo y dijo, "por tu rodillazo".

"Por mi rodillazo".

Nos quedamos un rato más en el balcón, y después nos fuimos a dormir...

Bueno... "a dormir".

Pero no pienso escribir nada al respecto.

Eso pasa porque sos aburrida.

Eso pasa porque es mi diario, y escribo de lo que quiero.

Blah blah blah, te da vergüenza y lo sabes.

No me da vergüenza, algunas cosas es mejor dejarlas a la imaginación.

Claro... eso es sinónimo de vergüenza, ¿sabías?

Buenas noches, bobito.

Buenas noches... vergonzosa.