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¡Hola, (odioso) vecino! (Gertown)

Pareja: Germán (¡HolaSoyGerman!) X Town (iTownGamePlay!)
Advertencia: contenido homosexual sin contenido sexual.
Palabras: 2569

Todo se prestaba para ser un día perfecto para Álvaro aunque un poco triste porque su vecina de enfrente, una adorable mujer mayor que, después de morir su esposo, se mudaria con sus hijos, se sentiría solo sin su compañía, calmada y siempre dispuesta a dar una mano a los demás, esperaba que su siguiente vecino fuera solo la mitad de amable que ella.

El lugar no tardó en ser vendido. Sin embargo, se llevó un buen susto al ver que la mudanza sacaba un exagerado equipo de sonido. Si tenía suerte, su vecino no sería escandaloso y las bocinas sólo serían utilizadas en momentos especiales.

El chico de hermosos ojos miel pensó que sería bueno saludar y conocer a su nuevo vecino, por lo que se preparó para tocar la puerta, rogando que no lo reconociera de internet porque, contrario a la creencia popular, no era tan feliz al ser reconocido y acosado en todas partes, especialmente en la comodidad de su casa.

Se llevó la más grata de las sorpresas cuando, al abrir la puerta, se encontró con un rostro familiar que le arrancó una enorme y sincera sonrisa.

-¿German?

-¡Town! -El nuevo vecino se lanzó a abrazar al recién llegado como si llevaran una vida sin verse y el otro recibió el afecto de buena gana, ya que sabía que su amigo chileno era muy efusivo y eso era algo agradable.

-Pero... ¿Tú vivirás aquí? -Álvaro apenas y podía contener la confusión con el abrazo hacia el otro.

-¡Sí! ¿No es grandioso? Al venir a España no imaginé que justo tú serías mi vecino, yo escogí la zona porque es muy discreta y tranquila.

-Sí, en realidad es un lugar grandioso y más ahora que estaremos tan cerca. -El extranjero comenzó a reír con algo de nerviosismo cuando el otro dijo eso, pensando en las razones que lo habían llevado a España.

-Yo también adoro vivir cerca de ti... -Murmuró Garmendia para sí mismo, sin que el otro lo escuchara y permanecía en la entrada, sin saber si el otro lo dejaría pasar o no a su nuevo hogar.

-Tenemos que celebrar esto, ¿quieres que te ayude a instalarte? O podemos ir a cenar... - Con esa nueva sonrisa satisfecha, el youtuber metió al otro a su casa para hablar con él y ponerse al día, en un nuevo sitio, tendría muchas cosas que preguntar.

Los primeros días fueron tranquilos y relajados, estaban en la "luna de miel" como buenos compañeros de vecindario, claro que Town tenía un par de quejas al respecto porque el temido equipo de sonido era una constante en su vida. Pronto la tranquilidad parecía un chiste lejano cuando el español se encontró de nuevo frente a la puerta de Germán y llamando con el celular, esperando para que al menos ese fuera atendido; por lo que respiró con calma hasta que vió al dueño de sus migrañas.

-Amigo, vine a pedir que dejes tanto escándalo...

-Aprende a relajarte, Town. -El chileno posó sus manos en los hombros del otro para comenzar con un suave masaje mientras lo hacía entrar a su hogar.

-Tú estás demasiado relajado... -El mayor problema para Álvaro era que la escandalosa música sonaba por todo el lugar pero que para su alivio fue reducida al quedar el recién llegado sobre un sillón que ya hasta le parecía familiar de la cantidad de veces que había estado en él.

Esta escena se repetía una y otra vez desde que Germán se mudara a España y, lo que había parecido una prometedora amistad, resultó ser una tortura para el youtuber europeo porque las constantes fiestas y el ruido que emitía el otro era algo con lo que él no podía trabajar y ni siquiera tenía un horario bajo el que pudiera trabajar porque en cuanto encontraba un poco de paz lo aprovechaba para descansar.