Parte 2: Un día antes del desastre.

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Como era de esperarse, en mi cuarto ya noche, comencé a recordar todo lo del día anterior, toda esa información en la cual recordaba que había pasado con Adele y Reggie, todo comenzó el día anterior fui normalmente a la one room school, el día se pasaba muy "normal", yo me encontraba apurado, ya que, teníamos una prueba de Historia de Inglaterra y Canadá.

Yo estaba sudando de lo nervioso que estaba, a consecuencia de que no había estudiado absolutamente nada, y lo deje todo para última hora. Eso fue una decisión estúpida e insensata pero aun así cinco minutos antes de la prueba me hallaba estudiando con Reggie, Dylan, Selina, Daisy y Ferdinand, casi nadie había estudiado para la prueba, Daisy había escrito unas pequeñas hojas de estudio para aprendernos mejor las cosas, pero con los apuntes de la institutriz sobraba.

Ya habían pasado los cinco minutos restantes para la prueba, todos estábamos más que listos y preparados, esa prueba no nos haría reprobar, la maestra nos entregó hojas escritas en las que ella escribió a mano para nosotros con una letra manuscrita hermosa, en fin, nos dispusimos a terminar la prueba. Estaba muy difícil, sí, muy difícil, al menos para el que no había estudiado, sinceramente yo no conteste como dos preguntas, lo bueno es que la mayoría de lo que estudie si venia en la prueba, bueno, obviando eso, terminamos el examen y nos sacaron del one room school, estaba oscureciendo, yo fui de los primeros en salir, en eso, volteo hacia arriba y vi a esa hermosa y preciosa luna llena, era muy blanca y gigante, a consecuencia de ello me acordé de "Ella" (mi crush), pero el pensamiento se hizo más vago en cuanto salieron más personas.

Salió Reggie y me preguntó sin pena ni gloria- ¿Cómo te fue en la prueba?- a lo que respondí de forma despreocupada -Bien-, al contestar se sumó de repente Adele quien de por si no caía en mi gracia y se metió en una conversación de amigos, lo cual eso me choca en una persona. -Estaba muy difícil, ¿No?- dijo ella preocupada, yo le respondí sin verla - pues más o menos, si estudiaste te iba a ir bien-, Parecía como que no le había gustado mi comentario a base de su pregunta tonta, en fin, salieron más compañeros, los cuales se pusieron a hablar de la prueba, yo me volví a sentar en el césped a admirar la luna, en cuanto llegó "ella", yo no quería hablar en ese momento por lo molesto que estaba con Adele por no dejarme hablar con Reggie, y no quería que "ella" pensara que era mezquino, pero ella me dijo- ¿Qué bonita está la luna, no crees?- le conteste amablemente que- si-, y comenzamos a hablar de otras cosas y luego llegaron con nosotros Daisy, Melanie y Dylan.

Empezaron y llegaron diciendo que la prueba se los había jodido por completo, nosotros nos carcajeamos, hablamos de bromas sobre la institutriz, pero... con el rabillo del ojo alcance a ver como Adele se abrazaba muy cariñosamente de Reggie sujetándolo de su cuello fuertemente para no soltarse, yo miraba anonadado, pero no preste más atención ya que a Reggie le gusta que una mujer le haga eso, si, ese man coquetea con todo lo que se mueva, pero yo no lo creía de Adele por tener novio y aprendí una lección muy importante amigos, "Las apariencias engañan, y mucho".

Habiendo acabado todos la prueba nos metió de nuevo la institutriz al one room school, al entrar ya era la última hora y salimos de clase, aliste todos mis libros, me puse mi abrigo y salí, al salir me despedí de los que ya estaban afuera como Ferdinand, Daisy y de "Ella". Me subí a la carroza que me estaba esperando para llevarme a casa, al subir el chófer, desenvaino el látigo, golpeó al caballo con el y comenzamos a marchar, sinceramente no me gusta eso, pero es la mejor forma de regresar a la casa ya que vivía muy lejos, sí, muchos vivían cerca e iban caminando, pero yo no era de esos (Al menos no siempre). 

Al llegar a casa, cené e hice mi tarea para el día de mañana, habían pasado unas 3 horas, ya era muy tarde y me quería dormir, pero me sentía un poco mal, mareado, sentía que iba a hacer arcadas de vómito, pero no salia nada, llame a mi madre para que me ayudara, ella se preocupo un poco, me hizo un té de Earl Grey, que comúnmente lo tomamos en la Afternoon, había galletas sobrantes y comí un poco de ellas, mi madre me puso un paño suave y húmedo en la frente, me sentía mejor y logre conciliar el sueño, a la mañana siguiente me fue a visitar un doctor, era demasiado temprano, no me quería levantar, el doctor muy amable con mi padre y conmigo, aunque, a mi madre casi no le dirigía la palabra, apenas la veía y rechazaba todas sus muestras de hospitalidad. 

El doctor se llamaba Francis Tumblety, me reviso la tensión arterial, mi temperatura y llegó a la conclusión de que solo me dio fiebre la noche anterior; ya no había nada que hacer. El señor muy amable me obsequio un chupete de mantequilla, y se retiró de nuestra casa. Así que comencé a alistar mis cosas para ese día. 

Después de todo lo que pasó ese día (que ya se lo saben), seguía en mi cuarto acostado, ya era muy noche, pero comencé a escuchar unos gritos desgarradores a dos cuadras de mi casa, unos gritos y alaridos horribles, por la agudeza de la voz sabia perfectamente que se trataba de una mujer, comencé a ponerme muy nervioso, me asome hacia la ventana, pero había mucha niebla por las calles y no podía ver nada, me asuste mucho, sabía que le estaban haciendo algo, quizás la estaban asesinando!!!, en un momento los gritos cesaron por completo y ya no pude dormir.

A la mañana siguiente baje aún pálido y con los pelos de punta, pero mis padres estaban más alterados, yo pregunté - ¿Mamá, que sucede?, y me respondió un tanto nerviosa, de que mi padre al ser oficial de policía, le había llegado una carta en un sobre grande con un riñón dentro, la carta decía así:

 "Querido jefe de policía, Inglaterra se está convirtiendo en una guarida de alimañas y escoria, buscaré a prostitutas y seguiré destripandolas hasta que me ahorquen, que gran trabajo fue el último; casi no le di tiempo de quejarse, ahora no puede atraparme, amo mi trabajo, matando rameras y a los degenerados que las defienden. Ni sus patéticos policías, ni el falso dios del que se esconden pondrán a perder mi juego, seguiré trabajando muy pronto y les enviare mas entrañas", ciertamente no es literatura relajante, era un problema muy serio, mis padres estaban alborotados y mi padre salió a trabajar como cualquier día, se detuvo en la puerta, volteo se puso en cuclillas y me dijo que nada malo nos pasaría, decía que el mismo tenía que atrapar a Jack el Destripador, se puso su sombrero de copa de seda y se fue. 


Desamor en luz de gasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora