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Bueno, empecemos bien esta historia; con este primer capítulo yo creí leer una vida entera y todo el análisis que hice, cómo lo lo asimilé pensé: guau... cruda realidad de un matrimonio y más allá que la vida en pareja la seguridad de uno mismo. Espero ansiosa sus comentarios.

Capítulo 1

Catorce meses antes

Londres, 18 de octubre.


—¿Pero llega o no a vuestro aniversario? —Annie gritó desde el vestidor y Katniss movió la cabeza sin dejar de mirar la Tablet.

—No lo sabe.

—¿Qué no lo sabe?, tiene programada hasta la hora en que debe ir al cuarto de baño y no sabe cuándo puede coger un puñetero avión, ¿en serio? —Salió al dormitorio y la observó mientras ella seguía leyendo la dichosa crítica de este tal Taylor McIntoch.

—Es igual.

—No, no es igual, seis años de matrimonio deberían celebrarse como es debido, más en este mundo de locos que vivimos.

—En realidad yo prefiero celebrar el día en que nos conocimos... mira —le enseñó la pantalla donde una foto de Peeta lo llenaba todo—, no puede ser mejor, lo ponen por las nubes.

—Me alegro.

—Se lo merece.

—Lo sé, pero... —Katniss agarró el teléfono y marcó el número de su marido que estaba en Nueva York de rodando, la vio ponerse de pie y prefirió volver al vestidor para seguir cotilleando sus últimas adquisiciones.

—Mi amor, no sé dónde te metes, solo quería decirte que McIntoch os da un diez y que habla maravillas de ti. Enhorabuena. Ok... —suspiró asomándose a la ventana para mirar la lluvia que caía a raudales—, tu madre quiere que la acompañe al funeral de tu tía Patty en Donegal y como mañana no tengo mucho lío, me voy a Irlanda a primera hora, también viene tu prima Susan y... bueno, ya hablaremos. Te quiero.

—¿Hace cuánto que no hablas con él? —Annie la siguió escaleras abajo hasta la cocina.

—Desde anoche ¿por qué?

—No sé, curiosidad...—la miró y se encogió de hombros. Hacía unas semanas que Peeta Mellark andaba muy disperso y ocupado, demasiado para su gusto, pero no quiso preocupar a su mujer con demonios innecesarios y se sentó en una butaca de su cocina americana sonriendo—, ¿me sirves un té?

—Claro. Estamos preparando un mercadillo para St. Mary ¿quieres cooperar?

—¿Con qué?

—Ropa, libros, discos, lo que quieras. Hacer limpieza en el desván seguro que te viene bien, es para un hogar de madres inmigrantes de Reading.

—Cuenta con ello...

—Yo ya he estado revisando el nuestro y he encontrado mil cosas de la buhardilla de Camden... —la miró con esos enormes ojos grises y brillantes y Annie sonrió—, no me acordaba que nos habíamos traído tantos trastos y aunque hay mucha porquería, no pienso deshacerme de nada. Me traen tantos recuerdos.

—No sé cómo pudisteis sobrevivir en ese cuchitril.

—Pues yo lo recuerdo como una de las épocas más felices de mi vida

—¿Y cuándo os conocisteis?

—En junio, el 20 de junio, ¿nunca te lo he dicho?

—Sí, claro, pero os casasteis un 20 de octubre, que es ahora mismo, ¿vendrá o no a tiempo para el aniversario?, es para reservar mesa en algún sitio guapo, estoy harta de tanto niño y tanta rutina, Katniss, por favor, dame un motivo para salir de noche con mi marido.

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