Segunda Temporada Capitulo 8

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Solo corrí sin pensar ya qué me desesperé al querer ver a mi papá pero en cuanto me quedé sola, me arrepentí de haberme alejado de los demás.
Que idiota soy, ahora me encontraba perdida por el bosque, podía ser peligroso si aparecía un ángel celestial en estos momentos. Antes se me nublaron los pensamientos y actúe, quería echarle en cara a mi padre lo mal que estuvo en alejar a nuestra madre de nosotros. El ya lo sabia seguramente pero al verla tan triste y desolada lo decidió, era algo que siempre me lo decía Daisuke para que yo no lo termine por odiar.

Me quede en el lugar que estaba, esperando a que mi madre me encontrara, no me sentía lista aún para hablarle a mi padre, era algo tonto porque pase todos estos años practicando en lo que pensaba decirle pero ahora no quería eso. Deseaba solo estar en los brazos de el y que me diga "Todo esta bien, ya estoy aquí." porque a lo largo del tiempo, aunque estuviera enojada con el, seguía preocupada y angustiada por no saber como estaba en el infierno, fue como sino existiera y ahora que hubo un rayo de esperanza en que se encontraba bien, todo mi odio se convirtió en inquietud.

Pasaron algunas horas desde que me quede en el mismo lugar y aún los demás no aparecían. Miraba con atención a mi alrededor que era nada mas que árboles, arbustos y plantas. ¿Cuanto tiempo faltaba en que mi madre me encuentre? No podía irme por donde vine porque solo camine en círculos por varios minutos.

Escuché pisadas y me alerte al ver que no era mi madre ni mi hermano, un ángel celestial apareció de repente y ya me estaba apuntando con su flecha, la esquivé lo más rápido que pude y me escondí detrás de un árbol pensando en que hacer.

— ¡Señorita Sarada! Por favor salga, usted debe de pagar sus pecados—El ángel celestial me buscaba por los arbustos y tome ventaja para correr—

No podía contraatacar, lo mas sensato era escapar y esperar a encontrarme con mi madre, por suerte a los minutos de seguir corriendo y ser perseguida por el ángel celestial, mis plegarias fueron oídas de quien quiera que sea que me haya escuchado.

— ¡Sarada! No vuelvas a escaparte de mi lado—Mi madre me abraza y me reta por lo que había hecho hace unas horas atrás—

— Lo siento pero me está persiguiendo un ángel celestial—Avise y en el momento preciso, lanza una flecha hacía nosotras pero mi hermano Daisuke nos salva, cortándola por la mitad con su espada—

Mi madre lo empuja detrás de ella y a mi igual, le estaba haciendo frente al ángel celestial sin ningún miedo y claramente la reconoció.

— ¡Vamos, lanza una flecha! Si ellos son tus objetivos primero tendrás que pasar por mi—Se acercaba al ángel de manera peligrosa y este retrocedía—

— No puedo hacerle daño a usted, Dios me castigaría si lo hiciera—Guarda el arco con las flechas detrás de su espalda—

— Te tendría que castigar por lo que hiciste con mis hijos recientemente pero tengo un trabajo que darte para tu suerte, ve y dile a Dios que si quiere atentar la vida de ellos, primero sera la mía ¿entendiste?—Lo estrangula del cuello y lo suelta. Jamás había visto a mi madre de esta manera—

— Si entendí, me iré ahora mismo—Tose al casi quedarse sin aire y se va volando con dificultad, tratando de apaciguar su respiración—

— ¿Como es que te tienen miedo?—Daisuke se encontraba sorprendido al ver como nuestra madre se ocupó tan fácil del ángel celestial—

— Dios en el cielo, dió una orden a todos los ángeles incluyendo a los celestiales que, Cualquiera que me haga algún daño, sería condenado a morir—Me mira y me tomá de los hombros—No vuelvas a escaparte así.

— Lo siento, es que quiero ver a papá—confesé cabizbaja—

— Lo volverás a ver Sarada pero Naruto dijo que esta zona está llena de ángeles celestiales, tenemos que ir con cuidado—nos toma de las manos y volamos a donde estaban los demás—

La Maldición [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora