Capítulo once

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Adjunto foto de Kristen Stewart, así imagino a April, aunque obviamente solo en físico porque en algunas cosillas no se parecen en nada. 

POV April 

Me encontraba entregando mi último trabajo del día a mi profesora de español, en la entrevista de radio me había ido excelente (según yo) y las calificaciones serían publicadas mañana. Cuando llegué al estacionamiento recibí una llamada de Amy diciéndome el restaurante en donde veríamos a Cara, me puse el casco de la moto. Gracias a que Bella se levantó más temprano y se llevó el auto, estaba considerando comprar otro, pero a veces la moto me resultaba tan cómoda que olvidaba todo. Cerca de 15 minutos después llegué al lugar, como esperaba, un restaurante caro de comida italiana por lo menos podría comerme una deliciosa pasta blanca, pensé. Recibí un ticket del guarda y luego de decir el nombre de Cara pude pasar al lugar, el olor hizo que mi estómago gruñera del hambre, eran casi las dos de la tarde y había desayunado rápido a eso a eso de las 8 de la mañana porque cogí lo tarde.

Al fondo, estaban las chicas conversando sobre algo divertido, lo notaba en las enormes sonrisas que tenían. Cara frente a las enamoradas y frente a mí, me sonrió y se puso de pie, abracé a mi amiga con la misma fuerza, viendo el hermoso traje de color crema que llevaba puesto, su cabello amarado en una coleta alta. Le sonreí a Bella y abracé a Amy, sentándome junto a Cara. Cuando llegó el camarero pedí mi deliciosa pasta blanca con queso y camarón, buscando inmediatamente un tema de conversación. Centrándonos más bien en Cara y su cara de "me están explotando". Tendría que viajar la próxima semana, pero por cosas de la vida su fin de semana estaba libre, así que probablemente pasaría esos dos días en el departamento, durmiendo conmigo obvio.

-Oh, por cierto, adivina quién volvió. -Le dijo Bella, sonriendo pícara, yo rodé los ojos y le di un trago a mi vaso de jugo. Cara frunció el ceño en confusión y Amy soltó una risita, seguro que Bella ya le había contado lo de que aun me gustaba Charlie.

-¿Es muy importante adivinar?

-Obvio, es el amor de April.

Cara abrió los ojos en sorpresa y volteó a mirarme, me dediqué a fulminar con la mirada a Bella por ser tan boca suelta. - ¿Charlie está aquí?

-Oh sí, y viviendo con nosotras. ¿Recuerdas eso de que la señorita aquí quiere hacer una obra de caridad y alquilar las dos habitaciones? -Asintió. -Resulta que todo este tiempo uno de los dichosos compañeros era Charlie, llegó ayer. Y Ape estaba babeando desde que la vio.

-Eso no es cierto. -En ese momento, el camarero trajo nuestras órdenes y yo empecé a comer, porque sentía que me iba a morir del hambre.

-Oh, claro que sí, ¿Recuerdas que tu primera novia fue la chica PELIRROJA que conociste en ese campamento de dos meses? ¿O la novia que tuviste, que se llamaba Charlotte? ¿Y la chica con la que tuviste sexo que tenía mechas pelirrojas?

-No olvides que coqueteaba virtualmente con una pelirroja de Canadá. -Interrumpió Amy, masticando su pan con ajo. Le robé uno, escuchando su quejido, la miré mal.

-Oh cierto. Estaba loca por ella, y con la protagonista de Juegos de Gemelas, pelirroja también.

-¡Bueno, ya se entendió! -Medio grité, frustrada. Porque todo era sumamente cierto.

-Oh Ape, no te preocupes, estás tan sexy que seguro podrías enamorarla con tus encantos y tu físico. -Dijo Cara, apoyando su mano en mi hombro y sonriendo. Le fruncí el ceño.

-¿Estás de acuerdo con estas dos? ¡Ni siquiera sé si le gustan las chicas!

-Bueno, pero podrías gustarle tú y nadie más. Hugo me da aires de que o es gay, o simplemente es un amigo suyo muy cercano. -Dijo Amy, encogiéndose de hombros.

-¿Hugo? -Preguntó Cara.

-Oh, sí, llegó con él ayer, básicamente con él era que siempre nos contactábamos y esas cosas. -Cara asintió, terminando de comer.

Luego me miró y sonrió. -No pierdes nada con enamorarla. 

*

-Oh, hola, April. -Escuché a Charlie decir, mientras entraba con unas bolsas por la puerta, me levanté a ayudarla y la seguí a su habitación, poniendo todo en su cama.

Al menos hoy, yo tenía puesta una camiseta blanca y ella una ropa informal, suponía que el día de hoy no trabajó.

-Gracias, realmente no sé cómo logré subir todo eso. -Comentó, tirándose en el sofá junto a mí, abanicándose con su mano. Una pequeña gota de sudor resbaló por su cuello.

-No te preocupes. Supongo que hacer un poco de esfuerzo extra nunca es malo. -Me encogí de hombros, prestándole atención a la televisión, viendo nada en particular.

-Supones bien, aunque para como estás físicamente podrías hacerlo algunas veces sin cansarte, eh. -Me empujó el hombro, amistosamente con su puño, sonriéndome de paso.

Le devolví la sonrisa. -No creas tanto.

-Sigo sin creer cómo estás físicamente, realmente no me acostumbro, aunque llegué ayer y eso, pero es que estás demasiado diferente, la pubertad se enamoró de ti y te trató estupendamente. -Comentó, riendo un poco.

-Solo crecí algunos centímetros, ejercicio y tatuajes, nada del otro mundo, creo. -Me rasqué una ceja y volteé a verla, encontrando su mirada, ella carraspeó ruborizada.

-Bueno, antes llegabas a mi pecho y ahora creo que me sacas dos cabezas, ¿cuánto mides ahora? -Uf, no recordaba la última vez que me medí, pero creo que fue hace meses.

-Hace meses que no me mido, pero medía exactamente 1.85. -Rasqué mi nuca.

-Vaya, eso ofende mi 1.70. -Comentó riendo bajito, causando que también riera un poco.

Me levanté, porque tenía tareas. -No te preocupes, nadie sabrá que en edad eres mayor que yo. Aunque junto a mi parezcas algo realmente pequeño. -Me reí y salí de allí, escuchando su carcajada.

Qué hermosa melodía. 

Años|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora