Este fic es una mezcla rara entre My Hero Academia y la película de Sky High (a partir de ahora voy a dar una breve descripción de lo q va a ocurrir para ubicar un poco)
—PASO QUE VOOY
Me aparté rápidamente del chico que venía a toda pastilla hacía mí. Menos mal que había avisado, aunque eso no evitó que la mitad de mis apuntes saliesen volando.
—Amor, trae que te ayudo —dijo Nat mientras me ayudaba a recoger un poco —. ¡Miki, ten más cuidado la próxima vez!
Le di las gracias y seguimos andando después de que hibies emetido las hojas en mi taquilla.
Así era nuestro día a día. Gente corriendo y chillando, llamando la atención lo máximo que podía. Los días en Sky High siempre eran así.
Para los que no lo sepan, Sky High es reconocido mundialmente por ser el instituto para niños con poderes. Cualquier tipo de poderes, la verdad. Aquel chico, que todo el mundo conocía por ser súper rápido, era el mejor amigo de mi novia. Los dos eran de los más populares del instituto, uno por ser muy gracioso y carismático, y la otra por ser hija de los héroes más famosos de la historia.
Natalia era querida y admirada por todo el instituto. Era amable y cariñosa con todos por igual, y prestaba su ayuda a cualquiera. Sus poderes eran increíbles, pues podía volar y controlar el agua. Además de que era guapísima.
Yo, sin embargo, no eran tan admirada que se dijese. Mis padres eran todo lo contrario a los de Nat, ellos eran villanos. En este instituto iban personas con poderes, nacidos tanto de personas sin ellos, superhéroes e incluso villanos. Yo formaba parte de ese último caso. Mis padres llevaban en la cárcel desde que yo nací, y fueron los mismos padres de Natalia quienes les apresaron.
Cometían muchos robos y crímenes junto a más villanos. Los padres de Natalia les pillaron en una emboscada cuando iban a robar al Banco de España. Mis padres llevaban intentado ser apresados 7 años, y no fue hasta que los padres de Natalia participaron en su búsqueda que les capturaron. En esa época, mi madre estaba embarazada de mí, y en el momento que nací me dejaron en un lugar específico para niños cuyos padres eran villanos. No lo pasé mal, pero no era lo mismo que tener padres.
Llegué a Sky High con 12 años, y el mismo día que entré me encontré con Natalia. La verdad es que no tenía ni idea de quién era, sólo pensé que era muy guapa. Al final averigué que fueron sus padres quienes metieron a los míos en la cárcel. Al principio la odiaba por eso, pero Natalia se portaba tan bien conmigo que lo terminé pasando por alto, y enamorándome de ella.
Cuando estábamos en cuarto de la ESO, Natalia y yo éramos muy amigas. Ella me defendía siempre, pues no todo el mundo era como aquella y aceptaba que mis padres fuesen los villanos más peligrosos de la historia. Algunos se metían conmigo y otros me tenían miedo, pues mis poderes, según ellos, daban miedo. Poca gente me respetaba y quería, sólo el grupo de amigos de Natalia.
El día de mi cumpleaños, Natalia me pidió ser mi novia, y yo accedí inmediatamente, pues también me gustaba mucho. Desde ese día, habíamos sido pareja. A la mayoría de la gente le sorprendió, pues la gente esperaba que de un momento a otro fuésemos enemigas debido a nuestros padres, pero bueno, Nat y yo nos queríamos, que era lo importante.
Por cierto, ¿por qué me temían? Mis poderes eran los mismos que los de mis padres: controlar mentes y desintegración. Era capaz de controlar y leer las mentes de quien quisiera, además de tener el poder de desintegrar cualquier cosa que me apeteciese con solo tocarla. Poderes dignos de villano.
—Albi, ¿estás lista para el festival? —Preguntó Natalia intentando darme ánimos. Yo asentí con desgana.
Todos los años se llevaba a cabo un festival en donde exhibíamos nuestros poderes y peleábamos en parejas. Desde que empezamos a salir, Nat y yo habíamos participado juntas. No es que yo fuese muy fan de aquello, pero a Nat siempre le hacía ilusión. En los dos últimos años, habíamos ganado.
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You are Toxic | One Shots Albalia
FanfictionStupid love songs❤️🏳️🌈 El hilo rojo del destino puede estirarse o enredarse, pero nunca romperse.