Un amor de fama

Capítulo 40 - La escapatoria

Narra Laura:

Después de que me trajera April un vaso lleno de agua para tomar. Ya tenía menos sed. Como no podía agarrar el vaso para tomar. Me lo sostenía ella. No me iba a soltar ni loca. Luego me dejo sola de nuevo. Tampoco cerró con cerradura. Quería escaparme pero no podía. Estaba atada. Muy atada. Casi ni me podía mover. Ya quería salir de esta pesadilla.

Me dormí un rato. Ya que nadie venia a verme. Estaba algo cansada. En eso, escucho unos ruidos. Me sobresalto. ¿Quién será? Seguro que alguna de las chicas. En cuando abren la puerta. Veo que no eran ninguna de ellas. Era Ross. ¡Mi Ross!

Laura: ¡Ross! – contenta de verlo - ¿Qué te paso en la mano? – la tenia lastimada.

Ross: Nada grave. Te voy a desatar y vamos a salir rápido de acá. ¿Sí? – asentí. Me desato primero la muñecas y luego los tobillos. Por fin estaba libre. Me pare. Me dolía todo – Espera acá. Voy a ver si hay alguien – se fue para la puerta. La abrió con cuidado de no hacer tanto ruido. Miro para todos lados y volvió a mirarme - ¡Vámonos ya! – tomándome de la mano. Bajamos las escaleras corriendo. No querían que nos agarraran de nuevo. Eran dos escaleras. Estábamos en el segundo piso por bajar la otra, pero alguien nos detuvo.

April: ¿Se puede saber a dónde van? – mirándonos con una sonrisa malvada.

Ross: ¡Déjanos salir April!

April: Oh, me hubiesen dicho que querían salir y los dejaba – burlándonos - ¿Quieren la llave? ¡Búsquenla!

Ross: ¡Sabes que, me cansaste! – acercándose más hacia ella. Gritándole - ¡Decime donde está la maldita llave! – agarrándola del brazo. Ella solo se reía. Como lo hacía Emily - ¡Decime mierda! – gritándole más fuerte.

April: ¿En serio Ross, no te acordas de mí?

Ross: Si. Sos April de rehabilitación. ¿Por qué la pregunta?

April: Además. Nos conocemos de antes. En la cárcel. ¿No te acordas?

Laura: ¿En serio? – acercándome - ¿Por qué nunca me dijiste Ross? – mirándolo.

Ross: Ni me acordaba. Ahora que me lo dice, es verdad.

Narra Ross:

Flashback.

Cuando estaba en la cárcel. Limpiando el patio. Porque tenía que hacer cosas para pasar el tiempo. Si no, me aburría. En eso, me llaman a comer. Era el mediodía. Había pasta. Fideos con tuco. Me senté con los demás. Me hice algunos amigos para pasar el rato. Había una chica sola en nuestra mesa. No sé porque estaba acá. Siempre estaba callada, nunca quería hablarnos ni contarnos que hizo para llegar a la cárcel. Tampoco cuanto tiempo iba a estar. Cuando termine de comer. Fui a lavar mis cosas a la cocina. De repente, me tocan el hombro. Me doy vuelta y era la misma chica que estaba sentada antes con el resto de los chicos.

Ross: ¿Querés lavar tus cosas?

April: Si, por favor.

Ross: Justo termine – agarrando mis cosas y guardándolas en el mueble - ¿Cómo te llamas?

April: No te puedo decir.

Ross: ¿Por qué no?

April: Lo siento, no puedo.

Ross: Está bien. No te preocupes. Cuando quieras, podes contarme lo que sea. ¿Sí?

April: Si. Lo considerare. Gracias – sonriéndome y volviendo a lo suyo.