Miraba su perfil, eran tan fácil perderse en el, en la arruga que se hacía en su nariz al sonreír, en sus cejas bien pobladas, en sus largas pestañas, en su hermosa piel que parecía a veces bronceada, Zev era hermoso en todos los sentidos, tanto en el tratar bonito a su madre como en el ser un grandioso estudiante, era amable como eso chicos que alguna vez existieron y ya no parecen haber, él provocaba que te enamoraras.. si era de alguien así, así como él.
— Soy guapo no es así — dice al darse cuenta de mi mirada que no solo admiraba su precioso rostro, mi mirada que veía su alma misma — tienes.. — su dedo gordo acaricio la comisa de mi labio en un suave toque — chocolate ahí — quito su dedo y se lo llevo a la boca, era imposible no sentir cuando él era el sentir mismo en todas sus extensiones.
— Siguen siendo igual de deliciosos — digo sonando nerviosa y sí que aún lo eran, cuándo nos fuimos alejando decidí dejar de ir a ese lugar, me lo recordaba tanto.
— Sí el chocolate de este lugar es genial y si tiene tu barba mejor — golpee su hombro mientras él reía, la ultima vez que estuvimos ahí éramos solo unos niños que recién había entrado al bachillerato.
— Sigue estando igual — lo veo negar mientras come otro churro de un solo bocado.
— La señora Francis enfermó y ahora es su nieta quien atiende el negocio — dice con la boca medio llena, era cierto nos había atendido una mujer bastante joven — George siempre está pero se dedica más a cuidar a su esposa — eran una pareja de ancianos adorables.
— Siempre se han amado tanto — sus ojos que estaban fijos en los churros dejaron de estarlo para mirarme.
— Quiero un amor así, pero creo que ya nos los ahí, no hay personas que sientan tanto — paso saliva por lo intensa que es su mirada y por ser consciente que nada anhelaba más que un amor así, pero a su lado.
— Si las ahí, yo.. yo siento mucho — me atrevo a decir sintiendo la tensión que empezaba a reinar en el lugar.
— Pero yo no te gusto — no dejo de mirarlo, si eso había dicho en casa hace apenas dos días atrás — a veces es difícil coincidir — me quedo embelesado en lo que dice, mi corazón apresurado, mi cabeza que parece nublarse más en confusión Zev hablaba como si sintiera algo por mi, pero no podía ser así.
— ¿Iras a la fiesta de hoy? — no estaba lista para ilusionarme otra vez falsamente de la misma persona, necesitaba olvidar para no terminar aún más enredada.
— Así es y bailaras conmigo — niego entre risas que aumentan al él hacerme cosquillas, intento alejarlo pero él solo lo hace cuando Rose Carson aparece en la estación, la única chica con la que Zev mantuvo una relación, rubia, con unos lindos azules y cuerpo muy delgado, tan bien tonificado que el solo verme me daban nauseas.
La vista de ella quien viene con un chico cae en nosotros y al ver a Zev sonríe, su sonrisa transmite tanta dulzura e inocencia que me siento patética al siquiera sentir algo por él, al pensar hace unos momentos atrás que él podía sentir algo por mi.
— Zev — y se acerca, al estar junto a nosotros un nervioso Zev se pone de pie mientras ella lo enfundaba en un abrazo — es bueno verte — dice finalmente cuando se separan.
— Lo mismo digo Rose, ¿como estas? ¡rayos! Es una estupidez, estas hermosa — sonríe como un bobo mientras me siento invisible.
— Y tu no te quedas atrás — ella mira al chico que la acompaña a la distancia y le articula ya sabes que pedir — y.. — entonces sus ojos caen sobre mi — ¿Peyton Bramson? — Zev asiente y yo que pensaba que era invisible — estas hermosa, no me digas… ¿por fin están saliendo? — los ojos de Zev casi se salen, ¿por fin?

ESTÁS LEYENDO
Amo tus kilos demas
Teen FictionMi nombre es Peyton Bramson, actualmente tengo diecisiete años de edad recién cumplidos, soy estudiante del último año de bachillerato ¿Y que es lo que hace mi historia especial? no son exactamente mis kilos demás o baja autoestima que provoco lo qu...