10. Enseñanzas de la Iglesia y de la Biblia

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--¿Quién en la historia de la Iglesia considera usted que confirma con más autoridad lo que está contando aquí respecto al Purgatorio?

--Jesus.

En Mateo, Jesús dice: "No se librarán de él hasta que no hayan pagado hasta el último centavo". Y al decir él, se refiere al pecado. Luego, más adelante, haciendo referencia a los pecados contra el Espíritu Santo, Jesús dice que tal pecado "no sera perdonado ni en este siglo ni en el venidero". Aquí Jesús nos dice claramente que hay pecados que serán perdonados en el otro mundo. Puesto que el Infierno es definitivo, y en el Cielo no existe el pecado ni ningún efecto del pecado en absoluto, el "mundo siguiente", ese mundo intermedio, se ha conocido durante mucho tiempo y hasta el día de hoy como Purgatorio.
En épocas recientes, nombraria al papa Pío X, un papa considerado muy importante por muchas como alguien que confirma lo que he expresado respecto al Purgatorio. En su época se quiso innovar con muchas ideas modernas, pero él se negó y se enfrentó a estas ideas.
También debería nombrar a san Agustín, a santo Tomás de Aquino, a santa Brígida y muchos otros. Al padre Pío, a Teresa Neuman, a María Anna Lindmaryr, a Anna katharina Emmerich, al Cura de Ars y al cardenal Journet; y si investiga un poco encontrará muchos otros casos que podrían mencionarse.

--¿Existen otras personas que hayan experimentado lo mismo que usted?

--Sí, existen varias personas muy conocidas y otras que no lo son. El padre Pío veía a las almas del Purgatorio con frecuencia, y existen muchos libros acerca de su vida.

Tambien hay muchos libros acerca de la vida de Catalina de Génova, Juan Bosco, Cristina de Bélgica y santa Brígida.

--¡Todas estas personas son santas! Usted se encuentra acompañada por muchos santos. ¿También usted es santa?

--¡Por Dios, no! ¡Estoy muy, muy lejos de ser santa! Las mismas almas me han dicho que muchas personas hubiesen manejado este tema mucho mejor de lo que yo lo he hecho. No por vivir una experiencia como la mía u otra forma de revelación privada somos santos. Si es por eso, conozco a una mujer que tenía el mismo carisma que el mío, y porque con el correr de los años se volvió orgullosa, su alma de perdió.

Todos tenemos la misma oportunidad de llegar a ser santos aquí en la Tierra, inclusive aquellos entre nosotros que no han recibido ninguna revelación privada. Justamente porque se me dio esta experiencia, para mí es mucho más difícil llegar a ser santa, puesto que se me ha dado mucho más que a otros. Trato de obrar bien; pero al igual que el resto, muchas veces caigo.

--Antes me dijo que las almas pueden leer. ¿Podría considerarse como un buen gesto de amor tener la Biblia abierta para que ellas lean, por ejemplo, el evangelio de San Mateo?

--Sí, podría, pero sólo por ser un gesto bueno, afectuoso, muy simpático y de confianza ayudará a las almas del Purgatorio; pero dudo mucho que verdaderamente logren algo al leer su información, ya habiendo visto la luz de Dios por ellas mismas. No, la Palabra es solamente para quienes viven.

--¿Las almas del Purgatorio han comentado algo acerca de los hombres casados que desean ser sacerdotes? ¿Es correcto?

--Sí, las almas me han dicho que es correcto; pero sólo si la mujer desea acompañar a su marido, y esto significa que ella debe estar dispuesta a vivir en una sede separada. Sin embargo, dicen las almas que no está permitido que sacerdotes ordenados contraigan matrimonio y, al mismo tiempo, sigan siendo sacerdotes.

--Jesús dijo que es difícil que los ricos entren en el reino de Dios. ¿Qué le han comentado las almas del Purgatorio acerca de esta frase?

--Depende, una vez más, del amor al prójimo. Si los ricos hacen muchas buenas acciones por los pobres, por supuesto que ellos también irán al Cielo y tan pronto como cualquier otra persona. Es más difícil, sim embargo, cumplir con la voluntad de Dios cuando uno está cargando de muchas de las riquezas del mundo y tiene la necesidad de protegerlas y administrarlas. Son generalmente las personas más ricas quienes más se preocupan por los bienes materiales, y no las personas que no tienen más  alternativa que ser cuidadosas y depender de dar y recibir ayuda todo el tiempo. Y en la Iglesia encontramos cada vez menos gente rica. Cuando Jesús pronunció estas palabras, también se refería al reino de Dios aquí en la Tierra, porque su reino también está aquí. Podemos formar parte de su Reino aquí en la Tierra de la misma forma que podemos formar parte del Infierno aquí. Desde su Reino, nuestro Dios nos invita a escucharlo, en lugar de escuchar al César o a Satanás. Jesús nos quiere en el Cielo con todas sus ansias, y esta es una de las miles de invitaciones para que caminemos libres de todas las cosas que nos empujan tan fácilmente hacia abajo.

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