~CAPITULO SEIS~

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*CAPITULO 6*

Llegáis tarde —protesta el profesor.

Entro con la cabeza gacha, pero con el rabillo del ojo veo que toda la clase se ha quedado pasmada. Es evidente que les sorprende verme en compañía de Joel y de Erick.

Nos separamos y cada uno se dirige a su pupitre. Antes de sentarme mi mirada se cruza con la de Christopher, que me observa con una sonrisita burlona.

¡Menudo ridículo! ¡Maldita sea! ¡Todo por culpa de Joel, que no oyó el despertador!

Durante la clase trato de estar atenta y de tomar apuntes. Escruto alrededor unos segundos y mi mirada se cruza con la de Sam. Gesticula de forma extraña. Tardo un poco en comprender que está señalando el interior de mi pupitre, donde he dejado el móvil.

Le voy diciendo con los dedos mi número para que pueda escribirme y veo que se concentra en su teléfono.

Al cabo de un minuto vibra el mío, desbloqueo la pantalla para ver qué ha escrito.

«¿Qué hacías con esos dos?».

Miro de nuevo al profe y, apenas se distrae, meto el móvil en el estuche de los bolígrafos para poder contestar.

«Erick y yo fuimos a recoger a Joel a su cuarto. Nos entretuvimos un poco y llegamos tarde».

La miro mientras lee el mensaje. Se queda de piedra.

«¡¿Qué?! ¡¿Has estado en la habitación de Joel?!».

El profe se vuelve de nuevo hacia la clase, y yo finjo tomar apuntes. Luego, cuando baja de nuevo la mirada para leer el libro, aprovecho para responder al mensaje de Sam: «Sí».

«¡Menuda suerte! ¿Habéis hecho algo?», se apresura a escribir.

Esta vez soy yo la que se queda de piedra. ¿Qué se supone que debería haber hecho con esos dos?

«¡No! ¡¿Pero, qué dices?!», respondo.

«¡No lo sé! En el instituto se dicen cosas extrañas sobre ellos».

«Hum... cosas extrañas. Pero a ti te da igual, Joel te gusta de todas formas ;-)».

Veo que se ruboriza al leer el SMS. A continuación niega con la cabeza sonriendo.

«¿Se nota tanto?».

«Solo un poco...».

—No se puede usar el móvil en clase —susurra Christopher a mi espalda.

No me vuelvo a mirarlo, porque temo que me meta en un apuro como sucedió el lunes, pero he de responderle como sea.

—¡Deberías aprender a no meter las narices donde no te llaman! —le susurro en tono firme.

Por suerte, el profe está demasiado concentrado en leer en voz alta y no me oye.

Al cabo de cuatro horas interminables de clase, el timbre anuncia la pausa para comer. Me levanto y Sam se acerca corriendo a mí.

—¿Tienes hambre? —pregunta.

Asiento con la cabeza.

—Sígueme —dice, y salimos del aula.

Me lleva a una habitación abarrotada y ruidosa donde no había estado hasta ahora.

Está llena de estudiantes, que hacen cola delante de las máquinas distribuidoras de comida y bebidas. Me pongo también en fila y cuando llega mi turno cojo un sándwich.

Apenas me vuelvo veo que una chica se está acercando a mí con aire huraño. Es bajita, de cabello negro peinado en dos trenzas, los ojos de color castaño claro, y lleva grandes gafas graduadas.

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⏰ Última actualización: Jul 07, 2020 ⏰

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My Dilemma (christopher Vélez y __ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora