Parte 163

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-...¡Ey, Alfred!- Te saluda Mathias, su alegría te resulta choqueante.

-¿Qué quieres?- Regresas el saludo de mala gana. Mathias detiene sus pasos.

-Uy, estamos de malitas, ¿eh? - Frunces el ceño.

-No estoy de "malitas"- El alza las manos, en señal de rendición.

-Ya entendí, mejor te dejo solo. - Bufas y vas a tu asiento habitual junto a la ventana, te cruzas de brazos y te colocas los audífonos y esperas en silencio a que llegue el maestro.

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora