La semana siguiente a su vuelta a casa Maialen la pasó sumida en una vorágine de videollamadas y encuentros furtivos con sus amigos en el supermercado, que la llenaban de vida y a la vez la hacían preguntarse cuándo podría abrazarles por fin. Le costaba asimilar que tendría que estar todavía semanas encerrada en casa, y cada vez que lo recordaba daba las gracias a Murphy por ser su salvación y poder salir con él varias veces al día. Ella y Gorka se turnaban, pero éste se dejaba convencer, y Mai siempre salía ganando en el número de paseos diarios. Cuando ella salía, algunas veces él la echaba de menos y otras tantas suspiraba aliviado por estar al fin solo, porque su novia había entrado en un bucle de hiperactividad que le estaba resultando muy difícil llevar.
Cuando ella regresó de aquel primer paseo una semana atrás, él la esperaba en el salón con un par de cervezas bien frías y una cándida sonrisa. Había decidido que, aunque siguieran teniendo pendiente aclarar lo inevitable, el tiempo que tardara ella en sacar el tema prefería pasarlo llevando una cierta normalidad. Y en su casa, lo normal era celebrar los logros con cerveza. Así que, en cuanto Mai abrió la puerta, le ofreció la que tenía para ella y le dijo que no habían brindado aún por todas las canciones que había hecho más bonitas con su voz. Sonrojada por el detalle, y a la vez contenta de poder tomar por fin su ansiada bebida, Mai aceptó de buena gana. Y no cenaron.
El alcohol y el estómago vacío no eran buena combinación, pero esa vez a ninguno de los dos le importó, y cuando iban ya por la tercera notaron que el muro que se había levantado entre ellos poco a poco desaparecía. Maialen se dejó llevar, apartando de su mente la revelación que había tenido tan sólo unas horas antes, esa que le recordaba que el responsable de que hoy le costara respirar no era precisamente quien estaba ahora junto a ella en el salón.
Al despertar a la mañana siguiente la cabeza le daba vueltas, y mientras pensaba que tenían que invertir en unas cortinas oscuras, encontró la fuerza para levantarse y salió de la habitación. Lo primero que vio fue a su novio y su perro haciéndose mimos en el sofá, y la escena la trasladó a tiempos mejores, tanto que se vio en la necesidad de inmortalizarla haciendo una foto. Se quedó desayunando mientras ellos salían a la calle y, como autoconvenciéndose de que estaba en el lugar adecuado, la subió a Instagram.
Cuando volvieron estaba lavando los platos, y con las manos llenas de jabón, acarició a Gorka en el rostro y soltó las palabras que tanto le había costado pronunciar:
-Maitia, tenemos que hablar...
Le tomó de las manos y lo empujó suavemente hacia una de las sillas del comedor. Ella se quedó de pie, y mientras él la miraba expectante, se arrepintió por un momento de lo que había decidido hacer. Pero ya no había vuelta atrás. Cogió aire profundamente, y empezó a hablar.
La primera parte se la saltó, porque durante los castings ya le había hablado de él, así que la conocía de sobra. Comenzó diciendo que la afinidad que ya había tenido con Bruno fuera, en la academia se había vuelto más intensa; que al principio ella se sentía muy sola y como pez fuera del agua, y que él era el único que conseguía calmarla y ayudarla a recordar por qué se encontraba allí. Le explicó que en un primer momento nada más habían sido eso, amigos que se apoyaban mutuamente, pero que pronto los dos sintieron la necesidad del contacto físico, y que una noche en su cama no habían podido evitar que la cosa pasara a mayores. Hasta ahora Gorka la había escuchado sin interrupciones, pero eso ya no pudo soportarlo, porque se acordó de aquella nota y de que al principio él le había restado importancia. Mai apenas había empezado a abrirse, pero a él le quemaba escuchar ese episodio, porque mientras ella lo contaba se vislumbraba que había sido el inicio de algo mucho más fuerte de lo que en un principio él había querido admitir. Así que le pidió que por favor continuara tratando de ahorrarse ciertos detalles, porque no se veía capaz de soportarlos. Ella le acarició las manos, se disculpó y continuó por donde lo había dejado.
Le dijo que en la academia le había echado muchísimo de menos, y que en cuanto ocurrió lo que le había contado lo primero que hizo fue distanciarse, porque a pesar del pacto en su relación esta vez sentía que le estaba decepcionando. Le contó que allí dentro todo era super intenso, que no podía él imaginarse cuánto, y que a pesar de sus intentos por resistirse, al final había vuelto a caer. Confesó que al verle en las firmas se había alegrado en el alma de poder estar junto a él otra vez, pero también se sintió más culpable que nunca, porque salió de su burbuja y de repente fue consciente de lo que estaba haciendo. Pensó en decírselo, pero con el poco tiempo que tuvieron allí, no le quedó más remedio que callarse.
En ese punto, y con los ojos llenos de lágrimas, Maialen hizo una pausa para mirarle. Gorka también lloraba y ella quiso abrazarle, pero sentía que si paraba ya no podría seguir, y mientras trataba de recomponerse admitió que, a su regreso de las firmas, la atracción y el cariño que sentía por Bruno no habían perdido intensidad. Le describió que sentía que tenía dos vidas distintas, y por eso se dejó llevar otra vez, creyendo que al regresar a casa todo volvería a la normalidad. Pero de momento no estaba siendo así.
Aunque sentía que le flaqueaban las piernas, Gorka se levantó para estar a su altura, y mirándola a los ojos formuló la pregunta que llevaba un rato queriéndole hacer:
-Mai, olvídate de la normalidad. Eso no es lo que importa en este momento. ¿Tú sabes lo que quieres? ¿Qué sientes ahora?
Ella no pudo evitar pensar en el aire, en que después de sincerarse con él todavía le faltaba eso, oxígeno, pero entonces se acordó de aquella canción que hacía ya tiempo compuso para el hombre que ahora la miraba con desesperación.
Quién quiere oxígeno teniéndote a ti
Quién quiere oxígeno teniéndote a ti
Teniéndote aquí, queriéndote así...
No se atrevió a hacer otra cosa. Y suplicando que la perdonara, le escogió a él.
NOTA DE LA AUTORA: Me voy de vacaciones y tardará en llegar el próximo capítulo, pero prometo que valdrá la pena esperar...
Si les ha gustado, las estrellitas y los comentarios me hacen muy feliz :) ¡Gracias por leer!
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Desorden sistemático (Brunalen)
Fiksi PenggemarTras la suspensión del programa, Maialen vuelve a Pamplona a su vida anterior, pero no puede olvidarse de lo que ha vivido con Bruno en los últimos meses. ¿Tomará la decisión correcta?