Atónita, camino de nuevo hacia donde estaba el señor esperándola ansiosamente para que le explicara lo del peluche y las personas vestidas de negro que habían ido al local.
—¿Y bien? —la agitó por los hombros para que le dijera algo—. ¿Que significa todo esto?
De nuevo, volvió a sentirse confundida y perdida con cada paso que daba. El solo pensar que podría morir más gente le preocupaba cada vez más. No entendía el porqué le estaban pasando todas estas cosas a ella.
—Voy abrir la puerta —dijo Katherine con un rostro pálido mientras su cuerpo temblaba—, ellos tienen que ver esto.
—¡NO! —gritó mientras que Katherine se acercaba a la puerta—. Además, no puedes —sonrío mientras la miraba—. Yo tengo la llave, ¿se te olvidaba?En ese momento, los sentimientos de miedo y preocupación de Katherine se fueron aumentando al ver la sonrisa de aquel hombre. Sabía que si no conseguía la llave no saldría de ahí y peor aún, no podría hacer nada para salvar a Valeria.
El hombre comenzó a notar que Katherine veía de reojo de un lado a otro como si estuviese buscando algo.
La única opción que tenía era buscar una escapatoria. Aunque pudo golpearlo, decidió intentar otra alternativa. Una especie de negociación. ¿Saldría bien? ¿Saldría mal? Lo iba a descubrir.
—Mire —dijo tratando de recobrar la calma—, solo necesito que entren para...
—¿Para qué? —dijo el hombre—. Sigo sin entender que es todo esto —frunció el ceño y dio golpecitos en la mesa.
—Yo lo sé, yo lo sé. Pero... si los deja entrar le prometo que le explicaremos.Dirigió su mirada hacia la mano del hombre; tratando de quitarle la llave disimuladamente. Pero el hombre la alejaba cada que la veía acercar su mano hacia la suya donde sostenía firmemente la llave del candado.
Esto solo hizo entrar en desesperación aún más a Katherine. Pero al haber pasado toda la mañana peleando a más no poder con Leonardo y Vanessa, lo último que quería era otra discusión en esas instancias. Así que decidió volver a tomar su postura fingida de tranquilidad.
Al ver la actitud calmada que tomo Katherine, el hombre, que ya tenia "secuestrada" a Katherine por poca más de media hora, tomo también una postura de calma. Decidido ahora si, a hablar con Katherine.
—¿Y bien? ¿Pueden entrar ya?
—Está bien... —el hombre estiró su mano en la que tenia la llave para entregársela a Katherine—. Con una condición —retiró la mano rápidamente— no harán el más mínimo intento de tocar algo. Estamos de acu...
—¡SI SI!Inmediatamente que le arrebató la llave al hombre, su cuerpo volvió a comportarse tembloroso; esto mismo le impedía abrir el candado. La primera y segunda vez que lo intento abrir, la llave se caía de su temblorosa mano.
El hombre pudo notar que Katherine definitivamente no se encontraba bien después de aquel asunto con el peluche. Y entró en razón, de que su actitud tampoco ayudaba mucho a que ella mejorara. Decidió abrir él mismo el candado.
Mala idea, porque lo qué pasó enseguida fueron empujones hacia el hombre por parte de Trevor y Leonardo. Habían entrado enojados, frustrados, desesperados y preocupados por Katherine que ya llevaba mucho tiempo ahí atrapada. Lo sujetaron por la camisa y lo sometieron contra la pared y por poco, lo agarraban a golpes.
Vanessa, que había entrado enseguida de ellos dos, corrió hacia el lugar donde estaba Katherine para ver si el hombre no le había causado algún daño. La abrazaba mientras miraba como Trevor y Leonardo sujetaban aquel hombre.
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LA HUELLA DEL ASESINO
Bí ẩn / Giật gânKatherine era una chica normal y corriente. Estudiosa y simpática. Pero sobre todo, enamorada. Lo que no sabía, es que en una de sus tantas citas con su novio Trevor, ocurriría algo que le cambiaría radicalmente la vida. Al tratar de resolver esto...