2:Tiempo

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Esperando movimiento alguno, o que Seokjin lo desatara y no solo contemplara su situación, el cielo comenzaba a enrojecer comenzando un atardecer, el sol escondiéndose por el horizonte.

— Quítame estos adornos, no es oro así que no los quiero en mi—le dijo el omega, quejándose de lo incomodo que se encontraban sus partes amarradas con las cuerdas, logrando entumecerlas y sentir dolor por ello, sin querer esperar más le exigió.

Seokjin se acercó, sacando una navaja de se funda, reluciendo lo brillante que se encontraba, cumpliendo ante lo pedido corto las cuerdas liberando primero las manos de ambos omegas y después continuar a deshacerse de las que rodeaban sus cuellos dejándolos libres una vez terminado dicha acción.

¡OMEGAS! ¿Como lo sabía?, pues he de decir que dicha palabra era la sorpresa que Lee esperaba al menos si estuviese vivo y hubiera cumplido su cometido, porque nadie más que los muertos que se encontraban tirados en el suelo, Seokjin y ahora algunos acompañantes del alfa sabían que eran omegas por sus aromas dispersos en el lugar, que cara pondría el ejército.

Sus pasados estaban conectados desde su adolescencia cuando Vivian en Freesia, aunque el alfa fuese de una clase social alta, no nació siendo general ni se le fue impuesto por su dinero, él no lo quiso así, el trabajo con sudor y lágrimas cuando decidió tomar el camino correcto supuestamente por sus padres e irse a la Smeraldo para su formación, antes de ello fue un adolescente guerrillero en contra de las nuevas leyes impuestas por el gobierno y esa fue su aventura en aquellos tiempos, fue perseguido por un buen tiempo hasta que decidió que no quería seguir huyendo más, fue ahí cuando tomo las palabras de sus padres y dejarlo.

Fue en ese entonces cuando conoció a Jungkook y Jimin, siendo ambos un par de niños de 10 y 12 años, hacían de las suyas con robos pequeños en el mercado para poder mantenerse y comer porque a diferencia de Seokjin ambos vivían en la pobreza.

Teniendo los pies en el suelo después de casi horas, Jungkook pudo estirarse y respirar tranquilamente, sobando su pistola se dirigió al cuerpo inerte de Lee soltando otro disparo en la cabeza.

—Es mejor asegurarse—. regresando con sus acompañantes tomo su sombrero del suelo y se lo coloco de nuevo.

—Jimin creo haber escuchado a unos pajaritos cantar que tenías alfa—sacando un porro y prenderle fuego, fumándolo. La mirada del rubio se posó en él con desagrado, sabiendo muy bien a quien se refiere el alfa.

—Pues esos pájaros cantaron mal, que se den el lujo de tenerme en su cama por una noche y queden encantados conmigo, no es mi culpa, además ni hombres llegan a ser, ¡puros patanes y maricas! —pensando Jimin en aquel alfa que últimamente comenzaba a traerle problemas y ser un dolor de culo, debía de solucionarlo pronto.

— Se las verá conmigo el estúpido de Choy, terminare por aceptar ese trabajo que me ofrecieron por cortarle la lengua, no sería tan mala idea eeeh, quizás y así deja de decir semejantes estupideces—maleantes le salía por doquier por callarlo todos sabían que era muy hablador. Quedando en estado de shook por sus palabras dándose cuenta de lo que quizás dijo por error, y es que era algo que no sabía Jungkook y ahora tendría que decirle absolutamente todo lo relacionado con ese hombre.

—Lo dije o lo pensé —pregunto un poco temeroso.

—Lo dijiste —contestaron alfa y omega al unísono. —Me dirás todo Jimin, lo tenías muy bien aguardado— prosiguió Jungkook.

Comenzaba a pardear, el sol avisaba el término de su jornada por ahora, ser el bandido más buscado conllevaba a una agenda muy apretada así que con este incidente muchas cosas se atrasaron, olvidándose de ello por al menos ahora decide preguntar al alfa el motivo de su salvación.

—¿Por qué nos has salvado? —pregunto Jungkook al alfa, dando masajes a la piel maltratada de sus muñecas, estaba seguro de que unos moretes saldrían en algunas horas.

—A primera hora de la mañana recibí la orden de buscar...—quedado con las palabras en la boca al ser interrumpido por Jimin.

—¡Para matarnos! Valla nos salvas solo para que el gobierno nos tenga en sus manos y quede bien con el pueblo temerosos de nosotros—su voz sonando incrédula.

—Tan impaciente como siempre Jimin, déjame terminar ¿sí? —resoplando ante la falta de paciencia, eso nunca cambiaria en el omega.

—Prosiga su general—disculpándose con cara de pocos amigos.

—El gran líder del ejército, el general Kim Taehyung me dio la orden, estuve buscándolos por días hasta que llegue a dar por estos rumbos del pueblo, estaba estresado así que fui a la cantina y fue ahí donde escuche a ese alfa viejo decir que los tenía y los mataría —confesando como fue que dio con ellos.

Ambos omegas se pusieron tensos ante la mención de dicho general, llegando escalofríos a sus cuerpos y compartiendo miradas.

Recibió la orden de búsqueda por un problema de robo máximo hacia el general cuando se encontraba fuera de su territorio, miles de monedas y lingotes de oro fueron robados de su propiedad, no queriendo dejar pasar por alto aquel robo teniendo como primordial sospechoso a dicho bandido y cómplice a su acompañante.

—¿Debo de llevarlos con él a Smeraldo y si eso significa que deba de amarrarlos de nuevo, no tengo problema, quiero acabar pronto con esta misión así que, podrían poner de su parte y andar? —.

—No sabemos nada de eso—se apresuró a responder Jungkook, tragando saliva duramente.

—Miren a mí no me lo deben de decir, igual sé que algo se esconden, los conozco perfectamente a ambos para saber las miradas que se dan— los años en que los conoció fueron bastantes para saberlo, a él no podían engañarlo.

—Vámonos— aviso a sus hombres, tirando el porro al suelo pisándolo con sus botas, tomando a ambos omegas y despojarlos de sus armas, montándolos en los caballos, emprendiendo camino hasta Smeraldo seria largo y cansado.

Un general esperaba pacientemente en su  despacho, su vista concentrada en el final de atardecer dando paso a la noche, sus ojos amarillos avisaban la presencia de su lobo al recordar dicho aroma de su ladrón, el aroma era igual al de un beta, así...

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Un general esperaba pacientemente en su despacho, su vista concentrada en el final de atardecer dando paso a la noche, sus ojos amarillos avisaban la presencia de su lobo al recordar dicho aroma de su ladrón, el aroma era igual al de un beta, así que el maldito que se atrevió a robarle era un beta, pero había algo que no cuadraba.

Teniendo a su primordial sospechoso a el bandido más famoso, por primera razón también es un beta o eso dicen de el quienes le hicieron algún encargo y le presenciaron, eso sí nadie conocía su rostro o de donde venía siendo todo un enigma.

EN BUSCA DEL BANDIDO- omegaverse TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora