NOTA DE LA AUTORA: Me atrevo a decir que medite mucho si publicarlo o no, yo sentía que era necesario, no me había estado frenando en esta historia por que principalmente fue pensada solo para mi. Yo estaba pasando un momento lleno de odio y me desahogue atraves de Arthur, pero ahora que otros lo leen, siento que estoy poniéndome limites, y no quiero eso. Si alguien se ofende y se va. Esta bien. Todos tenemos opiniones distintas. Pero me niego a frenarme ahora.
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-Me niego a creer en ti. - Dices en voz medida. Llena de sentimientos encontrados. - No puedo pensar en que existes si permites que exista tanta maldad. No me importan tus excusas sobre el libre albedrio y toda esa mierda sobre que no puedes interferir en nuestras vidas. - Sabes perfectamente cómo te ves, un loco hablándole al horizonte como si mantuviera una charla con alguien. Pero es algo que necesitas. – ¿Por qué no interfieres ahora? Se supone que eres súper poderoso y todo eso, una sola acción de tu parte terminaría con todo el odio. ¿Por qué no haces nada? ¿Por qué los inocentes son condenados y los malos son redimidos? ¿Acaso estas tan enfermo de poder que no puedes ver la verdad? - Resoplas. - Esas personas no hicieron nada malo. ¿Por qué los que dicen amarte son los que más generan odio? ¿Por qué los que más pregonan de tu existencia cometen más pecados? ¡Hipócritas! - Escupes con odio. - ¡Todos ellos no son más que hipócritas! - Dejas de recargarte contra el barandal y sujetas este mismo con las manos tensas. - ¿Por qué aquellos que hablan sobre tu amor por sus hijos, matan a otros que solo quieren amor en sus vidas tal como son? Si tú amas al hombre ¿Por qué el hombre ve mal que otro hombre ame a un hombre? Si amas a la mujer. ¿Por qué está mal que una mujer ame a otra mujer? ¿Por qué aquellos que dirigen tus instituciones son los que más daño hacen? Yo...- Meditas. - No creo que existas, las posibilidades de que la Biblia y todo sobre ti fuera creado por el hombre es tan obvia que casi duele. Pero... Yo entiendo. - relajas tus manos. - Sé que la gente tiene miedo y por eso busca un ser divino que arregle sus problemas, todos somos ovejas asustadas esperando un pastor, y sé que lo que tu representas es de gran ayuda para que algunos encuentren su propósito en la vida y puedan avanzar... pero eso está mal... El miedo no es malo... digo, yo sé que paraliza, pero también ayuda a sobrevivir, el miedo no es malo, dejarse controlar por él es malo. Yo tengo miedo, si esos chicos fueron heridos solo por una cosa mínima, ¿Qué esperanzas tengo yo de sobrevivir? ¿Seré apuñalado mañana...hoy quizás? No lo sé, pero lo siento... yo no puedo... yo tengo miedo, pero no puedo... ¡No! ¡Me niego a creer en ti! - Sientes tu cara roja y los ojos se te empañan. – Algunos pueden creer en ti y encontrar paz, pero yo no. Me rehusó a admitir tu existencia. No eres más que un Dios engañosos. Nunca fuiste lo que pensamos que eras, nunca serás el Dios clemente que queremos que seas, solo eres un mocoso que juega con su maqueta a escala. Nunca los ayudaras y yo nunca pediré tu ayuda.
Te sueltas del barandal y caminas por el puente hasta las escaleras.
Te sientes lleno de adrenalina.
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La vida de adolescente de Arthur Kirkland. Hetalia
FanficEmociones que suben y bajan como en una montaña rusa, un joven en la flor de su juventud con la actitud de mierda típica de un adolescente. Ese era exactamente Arthur Kirkland. Un chico mas en la "bendita" etapa de la adolescencia.