Lluvia de cristal

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   Tomé un sorbo de la taza de café, mientras pasaba las páginas del periódico sentada en la mesa junto a Blake

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   Tomé un sorbo de la taza de café, mientras pasaba las páginas del periódico sentada en la mesa junto a Blake.

—¡Maldita perra! —Dije un tonó sorpresivo sin dejar de mirar el periódico.

  Blake me miró extrañado mientras mordía un panqueque. Austin apareció en el comedor.

—¡Austin! ¿Puedes creerlo? Mira esta noticia. —Voltee el periódico para que él pudiese mirarlo—. Mailette Ares contrae matrimonio con el poderoso magnate inglés Ashton Harrison, futuro heredero de la fortuna Harrison ¡Que coincidencia! —Luego hice una pausa para añadir algo más de sarcasmo a mi comentario—. ¡Seguro que fue por amor! ¡Vaya eso si es vivir bien hasta que la muerte los separe! ¿No?

—Jezzabelle ¡No tengo tiempo para el drama sobre tu mejor amiga ahora! —luego aseveró— ¡No sé cómo puedes estar tan tranquila después de lo que pasó anoche.

—¿Qué pasó anoche? —Preguntó Blake tratando de ponerse al día.

—Parece que alguien pudo haber entrado al cuarto de Jezza.

—¿Qué? ¿Cómo es eso posible? ¡No escuchamos a nadie!

—Encontré una mano, más bien parecía una garra, polarizada en la ventana del cuarto. —aclaré.

—¿Me estás diciendo que un tipo con una garra subió tu habitación y se lanzó por la ventana? —Blake estaba confundido.

—¡Es confuso, lo sé! —Luego me dirigí a Austin—. No deberías preocuparte tanto, quizás fue solo mi imaginación.

—¡Tiene un punto! —Blake me apoyó antes de ofenderme un poco—. ¡Últimamente la jefa a estado un poco mal de la cabeza!

—Gracias Blake... —le dije con ironía— ¡Tomaré ese comentario en cuenta cuando pague tu salario! —Solo me devolvió un gesto con el ceño fruncido.

—¿Dónde esta Alexis? Necesito hablar con él sobre la seguridad.

—¡Ah! Creo que está arriba dándose una ducha. —Dijo Blake aún enfocado en comer su desayuno.

  Austin nos dejó hablando solos y se fue directo a las escaleras.

—¡Y ya no es mi mejor amiga! —le grité sin saber bien si alcanzó a oírme, luego continué mi charla con Blake—. ¿Jarabe de maple? —Le ofrecí.

—¿Puedo salir con alguna de tus chicas? —Trató de persuadirme.

—¿Tienes dinero, joyas, propiedades o algo de valor para ofrecerles? —Le pregunté retóricamente.

—¡Noo! —Deslizó las palabras.

—¡Bien! Entonces no. ¡Come tus panqueques! —Le dije mientras seguía revisando el periódico. Blake siguió comiendo algo desanimado.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora