Poner tu corazón en manos de otra persona.
¿Que tarea difícil no?
Al menos lo es para alguien reservado, alguien que no siente con facilidad.
¿Qué pasa cuando esa persona siente tanto y al final no pasa mucho?
Sus esperanzas se evaporan tanto como su felicidad lo hizo.
Se esfuma de un día para otro.
¿Qué acontece en su vida más adelante?
Ignora sus pensamientos, su corazón y su razón para convertirse en la impulsividad hecha persona.
Lucha tanto por su felicidad y el recomponer lo que dañó, tanto así, que no se da cuenta de lo que está pasando al frente suyo.
No quiere luchar más y ella no lo nota. Se rindió hace mucho, pero ella sigue sin notarlo.
¿Qué pasa cuando la realidad le golpea?
Su corazón no se despedazó como pensó.
Su orgullo y su dignidad por luchar en vano, en cambio, se destrozaron.
Hizo mucho en vano.
Puso su corazón en manos de otra persona.
Le fue mal y se cerró más que antes.[Arepita]