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Yoohyeon llegó a casa demasiado pensativa, simplemente no entendía lo que había visto en la escuela.

Siyeon y Jiu abrazándose, su mejor amiga con la chica que le gustaba. Debía haber una explicación coherente, seguro que sí, pero no podía pensar en una.

Jiu y Siyeon ni siquiera son amigas, al menos ella no sabía que lo fueran.

A menos que...

—Ahh! No Yoohyeon, Siyeon jamás te haría eso—se dijo para sí misma mientras aplastaba la almohada contra su rostro, evitando que malos pensamientos invadan su mente.

De seguro Siyeon tendría una buena razón pensó, así que trataría de ignorarlo.

Una semana pasó, Siyeon comenzó a pasar más tiempo con Sua y Jiu, mientras acumulaban toda la información que podían acerca del tema. Esto molestó un poco a Dami y Yoohyeon, sobre todo a la última, porque sentía que Siyeon le ocultaba algo.

Sin embargo las cosas poco a poco de algún modo volvían a la normalidad, los rumores se detuvieron y ya casi nadie hablaba de lo ocurrido en la fiesta de Handong.

Siyeon y Sua debían ingeniárselas para cumplir con sus actividades sin perjudicar a la otra, mientras encontraban una solución.

—Este año seré capitana del grupo de porristas—Sua anotaba en una libreta—tendrás que practicar.

Ambas estaban en el parque cerca de la casa de Siyeon, sentadas en una banca, mientras organizaban sus actividades.

—¿Practicar? ¿Qué se supone que hace una porrista?—Siyeon acomodó un mechón de su cabello detrás de la oreja—¿Animar y saltar?

—Obviamente no es lo único que hacemos—dijo ofendida—realizamos coreografías y siempre hay un evento al finalizar el año donde competimos con otras escuelas, siempre ganamos y este año no será la excepción.

—Entiendo, practicar entonces—Siyeon forzó una sonrisa.

—¿Algo más que yo deba saber?

—La banda de la escuela a veces me pide que canté en ocasiones especiales, no creo que tengamos mucho problema con ello.

—Bueno, entonces a dar lo mejor de nosotras—Sua levantó su puño extendiendolo en el aire a manera de victoria.

—¿Qué haces?—Siyeon comenzó a reír.

—Trataba de darnos ánimos.

—¿Con ese puñito? —Siyeon seguía riéndose.

—Mi tamaño—Sua le dio un pequeño golpe en el estómago a Siyeon, lo que hizo que la otra dejará de reír—no determina mi fuerza.

Al día siguiente en la escuela, habían acordado ir a la casa de Jiu después de clases, para junto con la información, ver que provocó todo esto.

—¿Qué les parece si salimos hoy?—Dami le dió una mordida a su sandwich—¿no les gustaría ir al cine?

—¡Sería genial! Justo se acaba de estrenar una película que parece muy intetesante.

—Lo siento chicas—Siyeon odiaba tener que arruinar la idea—pero hoy no puedo, tengo un asunto pendiente.

Yoohyeon se acomodó en su asiento mientras le daba un sorbo a su jugo, preparándose para hablar.

—No lo sé Siyeon, pero últimamente pasas muy poco tiempo con nosotras, apenas sabemos de tu vida y no es como si tú tuvieras muchas ganas de contarnos que pasa—Yoohyeon soltó algo molesta.

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