DESICIONES QUE CAMBIAN

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Abro mis ojos, pero una luz me ciega, lo vuelvo a intentar, me doy cuenta que estoy en un cuarto de hospital y no hay nadie en esta, suspiro de alivio, no sé cuánto tiempo pasa cuando una enfermera entra y al darse cuenta que estoy despierta sale de nuevo, ella vuelve con un médico.

—¿Como se encuentra señorita Gomez?

—Bien.

Me revisa minuciosamente.

—Bueno, parece que no hay complicaciones.

—¿Ya puedo irme?—pregunto esperanzada.

—Aun no, el médico que está al tanto de su enfermedad quiere verla al igual que su esposo—dice y sale del cuarto

Dijo ¿esposo? pero si ni siquiera tengo novio.

—Hola, Melissa.

—Hola, Andrew ¿qué haces aquí?

—El señor Reynolds me mandó a llamar, dijo que antes de desmayarte les dijiste que tienes SIDA y quería saber desde cuándo, entre otras cosas pero como mí ética profesional no permite revelar esos datos me han pedido que hable contigo.

—¿Tambien te dijeron que tuvieron contacto con mí sangre?—asiente—supongo que era inevitable que se enteraran.

—Sino te sientes preparada, no importa.

—Lo se, pero al menos me quitaré un peso de encima—le sonrió y él me la devuelve—hazlos pasar—los tres integrantes de la familia Reynolds entra, Elena tiene la mirada triste y no me gusta que esté así—solo les pido que no me interrumpan e intenten entender porque deseaba experimentar lo que más pudiera—ellos asiente, Andrew se sienta a mí lado en la camilla y ellos en un sofá.

"Cuando tenía quince años a mí madre le diagnosticaron cancer, ella siguió trabajando como sino tuviera nada pero yo me daba cuenta de que cada vez empeoraba, un día ya no pudo levantarse la lleve a un hospital pero dijeron que no podían hacer nada por ella ya que no teníamos seguro médico.
Regrese a casa con mí madre inconsciente, intenté cuidarla lo que más pude pero necesitaba el dinero para que fuera atendida así que tome una decisión, si quería que mí madre se curara tendría que trabajar y el único trabajo que había en la zona era ser prostituta.

Lo hice, me coloque el único vestido que tenía y salí a la calle, esa noche no tuve suerte, la siguiente si la tuve, un hombre de mediana edad fue mí primera vez me pagó muy bien. Cada semana volvió pero el dinero que me daba no era suficiente, me moví a otra calle y tuve más suerte, atendía a tres hombres en la noche así seguí unos meses hasta que pensé que tenía suficiente dinero lleve de nuevo a mí mamá al hospital, exigí que la atendieran lo hicieron pero el dinero que tenía no cubría todos los gatos.

Un año estuve en las calles me sometí a los peores momentos que una mujer podría tener, no solo me golpearon sino que abusaron psicologica y físicamente de mí, pero todo lo aguante porque el dinero que me pagaban significaba que mí mamá viviría. Pagué todo los tratamientos de mí mamá con mí cuerpo, nadie preguntaba de donde sacaba el dinero y yo tampoco.

Un día me enteré de un concurso de escritura y no dude en enviar una de mis historias, me enteré días después que había ganado cuando estaba en el hospital con dos puñaladas en mí costado, esa noche después de terminar me dirijia a casa cuando me asaltaron como no me deje robar me apuñalaron.

Ahí fue cuando conocí a Arthur, se preocupo por mí cuando nadie más lo había hecho, me ayudó con los gastos del hospital míos y lo que faltaba de mí madre, conocí a Elena, me sentía feliz pero un mes después mí mamá murió, sentía que no podría salir adelante sin ella pero lo hice con su ayuda, Arthur y Elena no preguntaron sobre mí vida solo me ayudaron a salir de mí tristeza y seguir escribiendo, me contaron sobre Charles, sus sueños y como era el orgullo de sus padres, me enamoré sin conocerlo.

Muchas noches me sentía sucia pero sabía que lo que hice no fue un error porque lo que deseaba era ver a mí mamá sana y aunque no logré verla sana al menos tenía y tengo la satisfacción de que hice algo por ayudarla."

—Hace 5 años me enteré que tengo SIDA no me sorprendió, así que decidí vivir lo que más pudiera, experimentar sensaciones nuevas cada día y sonreír por cada día de vida.