Parte 1: El cielo se caía ese día

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K_Ariadna recuerdo haber dicho que iba a escribir aquello y pasó, en parte pero pasó

Ethan Nakamura, ex-teniente del ahora desmantelado ejército titán, cuando abrió su ojo esperaba verse en alguna rara sala de espera, según las raras historias que esa hija de Atenea mencionó una noche de fogata hace un par de años, esperando su turno de cruzar hacia el inframundo y seguramente recibir un juicio que lo condenaría a la tortura eterna.

Pero no, fue todo lo contrario lo que le pasó al despertarse en esa cómoda cama de hotel.

Al principio estaba desorientado. Su cuerpo se sentía como si en verdad hubiera acabado estrellándose contra la azotea de algún edificio o contra el pavimento, que eran sus mejores opciones para morir estrellado por su caída desde el mismísimo Olimpo.

Le tomó varios minutos superar las náuseas iniciales antes de poder sentarse en la cama y poder revisar su cuerpo. Se preguntaba qué Hades le había sucedido para acabar con los brazos vendados y demás cosas por su torso y cara.

-Me alegra que el bello durmiente se haya dignado a despertar-. Con lentitud volteó a su derecha, sin poder creer que veía un rostro conocido-. Di algo o voy a creer que el aterrizaje que tuvimos te dejo idiota.

-¿Alabaster?-Preguntó sin poder creer aún lo que veía.

-Si. Estás idiota-. Confirmaba para sí mismo el castaño con una sonrisa.

-Y tú te ves horrible.

-Intentar salvar tu vengativo trasero de estrellarse contra un edificio es algo muy fácil de hacer. Hasta con los ojos cerrados y con las manos atadas en la espalda pude haberlo hecho cualquier otro día.

El sarcasmo en su voz le indicaba a Ethan que Alabaster se encontraba bien. Siempre que quitara lo pálido que se veía su piel, lo desordenado de su cabello y las bolsas que tenía debajo de sus ojos.

-¿Seguro que no estoy muerto?

-Que me vea como un maldito zombie no significa que estes muerto.

-¿Y qué ha pasado? ¿Cuánto estuve dormido?

-Ponte cómodo. Hay mucho que contar-. Con el semblante de enojo y ese tono de desprecio utilizados por Alabaster, Ethan pensaba que todo se había ido al Tártaro.

Y no se termino yendo al Tártaro todo para él sino para el castaño.

Empezó contándole como a media pelea en las calles todo había enloquecido más con los horribles sonidos que se escuchaban en las alturas y por los escombros que caían del cielo, como si los mortales huyendo de la escena no fueran suficientes.

Fue allí que su atención estaba fijada más en el cielo que en los centauros, esqueletos o semidioses que enfrentaba. Algo en su interior estaba intranquilo, una alarma que sonaba con furia para que se retirara a un lugar más alto.

Decidió seguir ese sentimiento que tenía cuando varios soldados esqueleto lo perseguían para someterlo, como había visto que hacían con los demás.

La adrenalina inundaba su cuerpo y le ayudó a colarse en un edificio y pronto dirigirse por las escaleras de incendios hacia la azotea. Al menos así pudo encargarse uno a uno de sus perseguidores antes de que estos se rearmaran y siguieran tras él.

Cuando salió finalmente a la azotea no dudó en levantar un hechizo y sellar la puerta para que ningún esqueleto pudiera seguirlo. Su sonrisa por haberlos dejado encerrados y estar a salvo pronto fue olvidada cuando se fijó en algo: un terrible columna de humo se acercaba más y más al río Hudson siendo rodeado por algún que otro destello que parecía atacar a lo que hubiera dentro de la columna.

Alabaster no tardo en darse cuenta que, sin querer, había obtenido un asiento en primera fila para poder ver Tifón peleaba contra los olímpicos, en un intento desesperado de seguir deteniendo su avance y abatirlo en el proceso. Pero era algo inútil, todos los del ejército lo sabían.

En su mente no cabía la posibilidad de que el mayor de todos los monstruos fuera detenido antes de lograr llegar al Olimpo y acabar el trabajo.

Pensó por un solo segundo que iba a buscar algo para quedarse cómodo viendo como esos dioses eran aplastados pero ese sentimiento de urgencia volvió a estremecer su cuerpo.

Agudizó la vista con un encantamiento cuando levantó la mirada al cielo. No tardo en ver cómo algunos escombros más parecían que caerían relativamente cerca suyo. Iba desestimar la amenaza de ser aplastado cuando algo le llamó la atención. Una figura venía en caída libre con los nuevos escombros.

Tuvo que hacer un esfuerzo extra para mejorar un poco más su visión y fue cuando se le heló la sangre.

Era Ethan quién estaba cayendo.

En ese momento su mundo empezó a ir en cámara lenta y empezó a pensar en mil y un planes para intentar salvarle de quedar como una mancha cuando finalmente se estrellara contra algo.

Su cuerpo y mente iban a máxima velocidad pensando y haciendo todo los preparativos que iba a necesitar para su plan suicida. Los encantamientos y la manipulación de la niebla que hizo en esos segundos críticos no dejaban en duda por qué era considerado el más fuerte y hábil de sus hermanos, convirtiéndolo en el líder de estos por lo mismo.

Solo recuerda 3 cosas de los siguientes 60 segundos:

1-El haber saltado, después de completar sus preparativos, desde la azotea del edificio.

2-Lograr llegar a interceptar a Ethan en su caída.

3-La revolcada que se dieron ambos por el aterrizaje forzoso que dieron.

Alabaster, después de semejante despliegue de habilidades, apenas y podía mantenerse consciente mientras su cuerpo le dolía horrores.

El sonido de la batalla cada vez se le hacía más y más lejano mientras cerraba sus ojos. Lo único que pudo ver antes de caer inconsciente fue una figura oscura dirigiéndose a donde ambos se encontraban.

-¿Y cómo terminó todo?

-Ganamos.

La sonrisa de Alabaster le infundió miedo a Ethan. De seguro lo mantenían con vida solo para entregarlo a ese titán y que este tuviera el placer de castigarlo y luego devorarlo por la traición que cometió.

-¿Ganamos?

-Si. Ganamos una derrota aplastante por ese maldito hijo de Poseidón-. Ethan solo pudo suspirar aliviado de escuchar eso-. Y me estoy muriendo por saber los detalles de cómo fue qué pasó eso, Nakamura-. Tal vez y suspiro aliviado muy pronto. Alabaster tenía ese brillo en sus ojos de que estaba a punto de asesinarle a pesar de verse tan mal-. Habla.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2020 ⏰

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