Capítulo 10:
Se removió un poco en la cama, y suspiró.
Bostezó aún con los ojos cerrados, para luego estirarse en un intento por alejar la pereza que le daba levantarse.
-Buenos días, ma.-dijo con la voz un poco ronca.
No recibió respuesta.
Tanteó su lugar en la cama para asegurarse de que seguía a su lado.
Su madre era un poco testaruda, y se levantaba a hacerle el desayuno antes de ir a la escuela. Nick la regañaba, aludiendo que podía hacerlo él solo. Pero su madre lo preparaba de todas formas.
Nick descubrió, tiempo después, que no tenía que ver con si él pudiera hacerlo o no. Ella quería hacerlo. Era una forma más de demostrarle cuanto lo amaba.
Encontró su mano y la tomó su mano. Frunció el ceño.
Estaba fría.
Eso lo extraño pues, pese a que ya estaban en otoño, el clima seguía un poco cálido.
- ¿Mamá? -
Abrió los ojos y la miró.
La cortina no podía impedir que pequeños rayos de sol se colaran e iluminaran el rostro de su madre.
Ella continuaba con los ojos cerrados, con una expresión de paz absoluta.
Nick no podía evitar que se le escape una sonrisa, siempre que la veía dormir tan plácidamente.
-Vamos mamá, es hora de levantarse. Te voy a hacer tu desayuno preferido. Sé cuánto te gustan las moras como a mí-le dijo mientras la movía con delicadeza.
Más ella no despertó.
-Mamá no es gracioso, por favor levántate. -exigió con un leve temblor en su voz.
Nada.
- ¡Mamá despierta por favor! -suplicó elevando la voz de una manera que no lo hacía nunca. Menos a ella.
- ¡MAMÁ! -
Anne lo abandonó ese mismo día.
Su cuerpo no pudo aguantar más.
Nick nunca pensó que la enfermedad la iba a consumir tan rápido. Pensó que tenía más tiempo.
Tiempo.
Mataría por un segundo más junto a ella.
Ella había soportado lo suficiente para verlo feliz a él. ¿Y él que le dio?
Nada.
"Podía haber hecho más."
Ahora ya era tarde.
Tía Sarah se encargó de los preparativos del entierro.
Él se limitó a acompañarla con su simple presencia. Lo veía todo como si estuviera debajo del agua.
Saludó, por formalidad, a algunos animales que se acercaron a darle sus condolencias. No los conocía. Sospechaba que eran vecinos o amigos de la infancia de su madre, cuando ella aún vivía en el pueblo.
A unos metros de donde estaba el pequeño zorro, otro zorro idéntico a él, pero en una versión más adulta, lo estudiaba cuidadosamente y sonreía.
Luego de la ceremonia, se acercó a él.
Nick lo reconoció al instante.
Era su padre.
Podía observar como tía Sarah lo miraba de mala manera. A él le daba igual. Su padre era prácticamente un desconocido para él, por lo que su presencia no le generaba nada en absoluto.
Cuando aún vivía en Zootopia, su padre había ido a visitarlo unas pocas veces, para luego desaparecer. Su madre había mencionado que el trabajo lo tenía muy ocupado.
Él jamás preguntó nada.
Hablar de su padre no era el tema favorito de su madre, era notorio como su rostro se transformaba en una mueca de tristeza y dolor. Por lo que sólo se hablaba de su padre, cuando su madre traía el tema a la conversación.
Su padre lo escoltó a un asiento lejos de la armadillo, para tener un poco más de privacidad.
Le explicó que ahora que su madre había muerto, tenía que elegir.
"Zootopia o Bunnyburrow."
Le había mencionado que podía quedarse con tía Sarah de desearlo, pero que consideraba que ir a vivir con él era su mejor opción.
Volver a Zootopia.
O de lo contrario, quedarse en Bunnyburrow.
Se despidió de él y pidió que le informe acerca de su decisión al día siguiente, ya que partiría de regreso a la gran ciudad.
Nick miraba el techo de la habitación que tía Sarah había preparado para él, improvisadamente ante lo ocurrido.
Intentaba comprender los fatídicos hechos acontecidos en esos días.
La voz de su padre se abrió pasó en sus pensamientos.
"Zootopia o Bunnyburrow."
Suspiró.
Entendía que su padre, al no conocerlo, le haya dejado a él la responsabilidad de elegir donde vivir.
Pero consideraba que era demasiado para un zorro de, apenas, doce años.
Caviló qué beneficios y consecuencias le traería volver a Zootopia.
"Es la ciudad donde te rechazaron los Juniors Exploradores"-recordó. "Donde te humillaron y te pusieron un bozal".
"Aquí también te lo colocaron"-agregó con desagrado.
Pero era una salida.
Un escape, mejor dicho.
Si bien no sabía qué tipo de trabajo hacía su padre, siempre iba a acompañado de otros zorros como él.
"Como yo"- Pensó.
Estaba la posibilidad de no tener que ser discriminado. Si su padre no se oponía, era probable que pudiera continuar su educación en casa. Estaba cansado de "empezar de cero" en una ciudad y escuela nueva, donde no le traía más que decepciones y dolor.
Podía dejar atrás todo.
Sabía que el quedarse, le traería recuerdos dolorosos de su madre.
"Su madre". Los ojos se le llenaron de lágrimas. Se las limpió.
Evitó pensar en ella.
Muy reciente y muy doloroso a la vez.
Evocó a una sonriente conejita sin quererlo.
-Judy-susurró.
Irse también significaba dejarla a ella.
La única amiga que tuvo.
Pudo notar que el sol emergía entre los campos de Bunnyburrow, indicando que ya era de día.
Había tomado su decisión.
ESTÁS LEYENDO
Amor y Venganza (Zootopia).
RomanceJudy es una joven conejita, quien abandona su más grande sueño y no sólo eso, abandona una parte de sí misma. Después de ser herida por Gideon, siente un enorme rencor hacia los zorros. ¿Podrá un pequeño y astuto zorro hacerla cambiar de opinión? E...