>Evan<
Por fin lo sentí libre al trazar sobre la hoja, era curiosa su manera de tomar el lápiz, pero en definitiva tenía un talento nato que solo tenía que explotar.
—No quedó igual a la tuya —Tomó el cuaderno y lo colocó frente a nosotros para verla mejor, era hermosa—. Es un avance, ¿no?
—Gran avance —Cerré el cuaderno y lo puse en el cajón a lado de mi cama—. Ya no está tan feo.
—Qué cruel eres.
—Es broma, está muy bonito —Me aferré a su brazo al sentir una punzada en el pecho que se expandió por todo mi torso y que se quedó ahí como un dolor penetrante—, muy bonito.
—¿Sucede algo? —Respiré lo más hondo posible para lograr guardar la compostura y el fuerte dolor que tenía—. Dime la verdad.
—Nada, estoy bien —De pronto las náuseas me invadieron y corrí al baño a vomitar, el camino de verdad se me hizo eterno pero logré contenerme.
—¿No se supone que las náuseas disminuyen hoy? —Me entregó un trozo de papel y una botella con agua que tomé sin fuerzas.
—Se supone, pues ya ves que no.
—¿Y si duermes otro poco? —Me trataba como si estuviese en muy mal estado y tal vez sí me veía así—, solo para que en serio descanses.
—No —Al respirar sentía que los huesos de mi pecho estaban a nada de quebrarse y era tan desesperante que ninguna pose se me hacía cómoda —. Mejor sí.
Me cepillé los dientes y regresé a la cama, en serio odiaba sentirme así, era frustrante pensar que estaba condenado a permanecer en ella a la menor molestia.
—Ven —Enredo sus dedos en mis rizos y me dejé caer sobre su regazo, comenzando a tranquilizarme con el pequeño movimiento que hacía en mi cabeza—. Cuando despiertes te cuento todo lo que suceda en el interesante hospital, detallé a detalle.
— Me encanta la idea —Sentía pesadez en los párpados y como el dolor iba disminuyendo, no quería que esto se hiciera todo un caso, mi única escapatoria era dormir—. Voy a dormir solo unos minutos...
>Ramiro<
Cayó dormido, aún no entendía por qué la necedad de no decirle a un médico, pero respeté la decisión que había tomado.
—Vengo a revisar que estén bien —No me gustaba que entraran sin tocar la puerta, aunque siendo realistas, sé que lo deben hacer—. ¿Por qué está durmiendo?, Se supone que estarían un poco mejor y con más energía.
—Estaba cansado, solo eso.
—Recuerdas que su salud está primero, ¿no?
—Solo quiere dormir —Lo cubrí con la cobija que se encontraba en el barandal de la cama.
—¿Entonces por qué no salieron?, Él es la persona que más se entusiasma con eso— era perspicaz y yo quería decir la verdad, necesitaba hacerlo.
—Ya no puedo, tienes razón —Como ella lo dijo, podía respetar su decisión, pero sí algo le pasara, me culparía todo lo que me quedara de tiempo—. Se siente mal, solo que no quería que lo dijera.
—Lo dejaremos dormir y al despertar me lo tienes que notificar, por lo que veo no tiene fiebre, aun así necesita ser revisado —Froto mi hombro antes de salir como una extraña muestra de afecto—. Cuídalo mucho.
—Lo haré.
Al salir bajo la intensidad de la luz y me sonrió por última vez, comenzaba a quedarme dormido y eso era bueno porque yo también me sentía cansado.
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HASTA EL ÚLTIMO SUSPIRO
Teen FictionEl cáncer siempre fue un impedimento para amar, hoy es el que me lleva a conocerte y a tener momentos muy lindos a tu lado, momentos que terminan hasta el último suspiro. (TERMINADA) No se permiten adaptaciones.