—Para el carro —Finnick Odair levantó una mano y Peeta dejó de encerar la moto para mirarlo a los ojos—, ¿lo sabe Katniss?
—¿Quieres que le diga a mi mujer que una compañera de rodaje me metió la lengua hasta la tráquea?
—Sí.
—¿Sí?, ¿conoces a Katniss?
—Sí y por esa razón creo que es mejor poner el parche antes de la herida.
—No, no voy a darle estatus de importancia a una chorrada.
—Una chorrada que a punto estuvo de hacerte abandonar el rodaje y buscarte de paso una demanda del carajo.
—El rodaje lo quería abandonar desde el minuto uno —siguió sacando brillo a su preciosa moto como si nada, aunque aún se le erizaba la piel al recordar como Rosaline Freeman, esa preciosidad de piel oscura lo había puesto en un aprieto, en medio del rodaje de la escena más caliente de la película, al besarlo de verdad mientras lo manoseaba sin freno delante de una panda alucinada de técnicos y especialistas—, era todo un puto despropósito.
—¿Y hablaste con Rosaline al respecto?
—Claro, mil veces, le dije que no me sentía cómodo, que ya es jodido para los tíos parecer profesionales... en fin, intervino el director, incluso Blanche, que se puso echa una fiera, pero dio igual, ella dale que dale... una loca.
—¿Y?
—¿Qué? —se apartó de la moto, agarró el pitillo que había dejado en una maceta y le pegó una calada profunda.
—¿Qué decía ella?
—¿Ella?, pues que había mucha química entre nosotros, que quería darle realidad al tema y que no le importaba follar de verdad y en directo si eso enriquecía el proyecto.
—No... —Finnick soltó una carcajada y Peeta movió la cabeza.
—Ya te digo, loca de atar. También me dijo que sabía que me ponían las chicas de raza negra y...
—Eso es verdad.
—No, no me jodas, Jambo.
—Las últimas diez tías que te conocí antes de que apareciera Katniss eran negras. ¿No te acuerdas?
—¿Sí? —se detuvo un momento haciendo un repaso y tuvo que reconocer que sí—, casualidad.
—¿Y no lo intentó fuera del set de rodaje?
—También y entonces llegó Katniss y todo se calmó. Los últimos diez días de rodaje no fueron del todo un infierno.
—Pero Katniss sin saber de la misa la media... jodido.
—Solo le pedí que fuera, se quedó una semana allí y luego acabó todo. Rosaline recibió el mensaje, incluso se atrevió a ser extremadamente amable con ella y fin de la historia.
—Y está buenísima —susurró Finnick viendo como él se agachaba para repasar los cromados.
—Está tremenda pero ese no es mi problema. Estoy loco por mi mujer ¿sabes?
—Sí, pero una belleza afroamericana como esa seguro que te cambió los muebles de sitio.
—Tampoco es para tanto.
—Siempre te fue el ébano, amigo...
—¿A quién le va el ébano? —Johanna apareció de un salto en el garaje y Peeta dio un respingo—, ¿eh?, ¿os van las chicas de piel oscura, muchachitos?
—¿Y a ti? —preguntó Finnick Odair muerto de la risa y ella asintió.
—A mí me va todo.
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Oportunidades
RomanceEl amor propio, confianza, madurez y respeto son las bases para tu vida con tu pareja. ¿Cuántas oportunidades se deben de dar y recibir para vivir y disfrutar tu amor con tu otra mitad?