Alfombra de dólares

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Luxe Sunset Boulevard Hotel, Los Ángeles, California, 11 de enero de 1986

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Luxe Sunset Boulevard Hotel, Los Ángeles, California, 11 de enero de 1986.

  Nayrid y Blake conversaban amenamente dentro de la alberca, mientras yo hacía mal tercio en un incómodo enojo que Austin y Alexis parecían tener sin que yo tuviera la menor idea de porqué, recostada en una cama de piscina cubriendo mi traje de baño con una bata, por si Dominick llegaba de repente.

—¡Muy bien! —Rompí el hielo—. Ustedes dos, pueden considerarse despedidos si no hacen las pases ahora. – Les advertí

—¡Tú no decides eso! —replicó Alexis.

—¡Pruébame! —lo reté— Soy tu jefa.

—¡Bien! Pero yo seré el adulto aquí. —se condecoró— Austin, siento mucho que seas tan inmaduro. —Austin dio un giro de ojos y continuó leyendo su revista.

—¡Alexis! —arrastré las palabras—¿Saben qué? Mejor abrácense y ya.

  Alexis lo miró, recostado en la cama de piscina, poniéndose la revista en la cara dejando ver solo sus ojos por encima de ella, con timidez, esperando la señal de que podía ir por él como siempre que se molestaban.

—¡Ven acá! —Alexis se hizo espacio junto a Austin y lo rodeó con los brazos—. ¿Estamos bien?

—¡Estamos bien! —Austin buscó acurrucarse en el pecho de Alexis.

—¡Creo que los vellos de mi pecho te parecen menos asquerosos ahora! ¿No?

  Dominick apareció en la alberca causándome un impacto visual, tenía el abdomen bien definido y sus entradas eran prominentes. Usaba solo un short bañador que dejaba expuestas casi por completo sus piernas fuertes. Tenía un tatuaje en el brazo derecho. Sus brazos eran fuertes y su pecho amplio. Podría adivinarse un torso impecable. ¿Había mencionado alguna vez que tenía una sonrisa que podía hacerte olvidar cualquier cosa que estuvieses pensando cuando la mirabas? Su cabello negro oscuro y sus ojos azules eran una combinación poderosa ante los ojos de cualquier mujer.

—¡Jezza! Parece que tu cita llegó. ¡Asegúrate de perder la virginidad esta noche! —Voltee mi cara hacia él con furia mientras Alexis abría la boca sorprendido y Austin tapaba la suya dándose cuenta del secreto que acababa de revelar.

—¡Ese es mi indiscreto mejor amigo! —Alexis frotó su puño contra la cabeza de Austin.

—¡Auch! ¿Mejor amigo? ¡Eso debió haber dolido! —Le dije sembrando la discordia con Austin en venganza, mientras me levantaba rápidamente haciendo un nudo en mi bata para saludar a Dominick.

—¿Qué quiso decir? —Escuché a Alexis preguntar mientras yo me alejaba dejando la gasolina y la chispa para crear el incendio.

  Dominick caminó hacia mí y me dio un beso en la mejilla como saludo. Me estrechó entre sus brazos por un momento.

La Biblia De Una Dominatrix © [ EN FÍSICO ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora