— Espera, repite eso. —El rostro de Sara está completamente descompuesto, no comprende nada de lo que su amiga acaba de contarle.— Creo que no lo he entendido bien.
— No. Lo has entendido perfectamente.
Carol la mira con un rostro completamente neutro. Ambas están sentadas juntas en primera fila, con el uniforme perfectamente colocado, como el resto del alumnado que ya está sentado y esperando al profesor llegar. La morena resopla y observa de reojo la puerta no vaya a ser que aparezca alguien no autorizado a escuchar ni la más mínima palabra. Una vez que cree estar segura, su mirada se pierde en el fondo de la sala, más concretamente en Bárbara y lanza un suspiro.
— Dani vino a mi casa después de que Víctor se fuera. Al principio, estuvimos hablando de la vida pasar, tonterías... pero al final, dijo que le caía bien, que... bueno, no volvería a pasar nada entre nosotros porque quería que fuéramos amigos. Simplemente eso. Amigos. Y como no le creí, le pedí que me lo demostrara.
Una vez que termina de hablar, deja la mirada puesta en Sara, que la observa estupefacta sin saber qué decir a continuación, aunque las dudas la comen y eso se ve desde fuera. Necesita saber qué dijo Dani y qué hizo para que ella ahora sí que confíe en él y sean amigos.
— ¿Qué hizo? ¿Qué... dijo?
— Esto que te voy a contar, no puede salir de nosotras. ¿Me has entendido, Sara? Se supone que es algo que no sabe nadie. Y puede ser nuestra mejor arma si alguna de tus anteriores amiguitas nos hace algo.
— Carol, por dios, suéltalo ya. A este paso me comeré todas las uñas... —Suelta histérica de repente la rubia que ya no puede aguantar ni un segundo más la espectación.
Tranquila, Sarita, lo bueno se hace esperar, o eso dicen. No te preocupes, tu amiga del alma tiene la exclusiva y en completa primicia. ¿Preparada?
— Daniel se tiró a Bárbara en verano. Y Víctor... obviamente no tiene ni idea.
El rostro de la rubia se transforma por completo, abriendo la boca en una enorme "O" a la vez que sus ojos se agrandan con rapidez. Y finalmente, el grito de pavor y desconcierto.
— ¡¿Qué?!
— Sh. —La manda callar Carol con rapidez y observa entonces a toda la sala que los mira con atención. Entre ellos, Bárbara, que enarca una ceja dudosa de lo que acaba de pasar.— No puedes decir nada.
La complicidad entonces va callendo también del lado de Sara que comprende a lo que su amiga se refería hacía unos minutos. Si Bárbara intentaba hacerles la vida imposible, tendrían el mejor método para devolvérsela. ¿Pero por qué no hacerlo ahora? Ella ya le hizo una vez mucho daño y Carol no soporta a su novio el repelente. Ambas se miran atentamente pero el silencio se queda entre ellas como aliado del futuro plan que seguramente ya se maquina en sus maléficas cabezas.
Está llegando la navidad, y los días han pasado con mucha rapidez, apenas hay cambios desde la última vez que estas dos perversas revolucionarias hablaron sobre el tema tan importante que se traían y todavía traen entre manos.
Os adelanto que tras todos los problemas de la última vez, Carlos y Helena, han hecho oficial su noviazgo, ahora no habrá confusiones y todo el mundo sabrá que el chico está cogido. No hay más que hablar en cuanto a eso. Raúl prefiere no hablar de ello y se refugia en sus estudios, bufa y se queja por lo bajo, pero creo que solo podemos oírlo nosotras que estamos pendientes de él por ser noticia de última hora. Es el chico del corazón roto. ¿Alguna voluntaria que quiera ayudarle?
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Bajo vigilancia.
أدب المراهقينDescubrir que la vida tiene sus inconvenientes puede ser un duro golpe, más aún cuando eres joven y crees que eres invencible. En esta historia, sus protagonistas se van a enfrentar a su propio destino, creyendo estar preparados y encontrándose con...