Me acuerdo perfectamente cuando apareciste en nuestras vidas, ¿cómo voy a olvidarlo? si desde el primer momento en el que te vi no he podido dejar de mirar tus ojos, es superior a mí y no puedo apartar mi vista, siento si alguna vez te has sentido incómoda, para nada era mi intención, te lo prometo.
Ese diez de enero cambiaste mi vida, ese cumpleaños fue el mejor de toda mi vida porque apareciste tú, con tu sonrisa y con esos ojos color miel, ¿cómo no iba a fijarme en ti? es que era imposible no hacerlo.
Nuestra amistad no empezó bien, creo que peor no pudo empezar, ¿te acuerdas verdad? yo también y ahora me río, porque no puedo hacer otra cosa, fui una estúpida que no te habló por vergüenza y eso hizo que tuvieras una imagen distinta y mala de lo que yo era en realidad y bueno el estar mirándote todo el rato pues no ayudaba.
Menos mal que iban pasando las semanas y yo me iba soltando poco a poco y empezaste a ver la persona que yo realmente era, creo que gracias a perder la vergüenza te atreviste a acercarte a mí, menos mal, yo no hubiera sido capaz de acercarme y hubiera sido una putada haber perdido todo lo que tuvimos por mí, por mi vergüenza y por ser tan gilipollas.
Me acuerdo perfectamente de la primera pequeña conversación que tuvimos, la verdad es que fue un desastre, pero nuestra amistad no podía empezar de otra forma, ¿verdad?
Estamos en un bar, como todos los sábados, yo estoy en la barra, tomándome una cerveza y mirándote, como hago siempre desde que apareciste en mi vida, aunque tú todavía no sepas que lo estás, no soy capaz de hablarte, me da mucha vergüenza, pero soy incapaz de apartar la mirada, debes pensar que soy una loca, normal que no quieras acercarte a mí, yo no lo haría, no merezco la pena.
De repente veo como te vas acercando, ¿vienes por mí? bah no creo, seguramente vengas a pedir algo y a marcharte, ¿para qué vas a perder el tiempo hablando conmigo? si estás muy a gusto hablando con mis amigos y con tu novio, que ahora me cae un poquito mal, pero nunca lo admitiré, me metería en un buen lío y la verdad es que no es lo que más quiero en estos momentos, prefiero pasarlo yo mal a que una de las mejores personas que tengo se vaya de mi vida, no lo soportaría.
- Hola-me dices con tu sonrisa-.
- Hola-te digo intentando que no se me note mucho lo encantada que estoy de que estés aquí conmigo-.
- ¿Qué tal estás?
- Pues la verdad es que bastante bien, aquí tomando una cañita tranquila. ¿Y tú?-te pregunto para que no te marches tan rápido y así estar más tiempo contigo-.
- Tan tranquila que estás, que no te habla nadie y estás a tu aíre-dice riéndose-. Pues yo estoy bien, hablando un poco con todos, menos contigo, por eso he venido, para que no estés solita, pero si te molesto o lo que sea me puedo ir eh.
Ojalá escuchar tu sonrisa siempre.
¿Crees que quiero que te vayas? que pena que no sepas que lo único que quiero es que estés siempre conmigo.
¿Crees que estoy loca? bueno puede que lo esté un poquito, no te saco de mi cabeza y eso creo que eso es estar un poquito loca.
No sé qué decirte para que no te vayas y que además no pienses que soy una loca, ¿por qué hablar contigo se me hace tan difícil? joder que nunca me había pasado, pero eso es porque nadie tiene esos ojos que me dejan sin palabras, esas personas no eran tú.
- Tranquila, puedes quedarte el tiempo que quieras, no me molestas-le digo con una sonrisa-.
Sonreírte es lo único que me sale hacer todo el tiempo.