Lara.
Yo... yo no sabía qué hacer con toda la información de hoy. Estaba parada enfrente de la puerta de la discoteca donde habían sucedido muchas cosas esta noche.
Un sin fin de peleas con Santiago que trataba de hacerme la noche imposible. Pensé que esto sería infinito, y cuando pensé que no sucedería mas nada. Me equivoque. La noche aún no se acababa.
Ya había hecho mi principio del viernes patético dejándome en la calle sola, pero el final de este día había terminado peor. Cerrando con broche de oro la noche.
Faltaba un último encuentro. No sabía qué hacer si detener a Luke o no al momento de su pelea con Santiago.
Pero de mi simplemente no salieron las ganas de hacerlo.
Sabía que tanto Santiago como yo nos habíamos hecho las cosas más difíciles. Cuando yo reaccionaba el respondía y viceversa.
No podíamos encontrarnos en el mismo lugar juntos. Éramos como agua y aceite. Eso no cambiaría.
Luke me miro con sus hermosos ojos y me pregunto si estaba bien. Yo solo afirme con mi cabeza.
Ni siquiera le había agradecido.
–Quieres que te lleve a casa? - pregunto.
–Creo que mejor me voy con Anastasia. - dije sin fuerzas.
Anastasia apareció de inmediato en la puerta como si fuera escuchado que la nombraba.
–Lara te estuve buscando. - me tomo y me abrazo.
Había pasado a penas una hora de la noticia que me cayó como balde de agua fría.
Mire a Luke, no hizo falta decir nada para que entendiera que no quería ningún comentario de lo sucedido hace cuestión de minutos.
–Nos podemos ir Anastasia? - le pregunte sin ganas de nada.
Me agarro de la mano y asintió.
Jhon apareció más atrás. Hoy cada uno se iría a su casa en su propio coche. Le di gracias a Dios que no tenía que montarme en el carro con muchas personas. No tenía ganas ni de hablar.
–Se que no quieres hablar. - dijo Anastasia mientras manejaba rumbo a casa. - Pero quiero que sepas que estoy aquí para cuando necesites desahogarte. - dijo.
Yo no la mire. Solo observe los nudillos de mis manos.
En el apartamento Anastasia se quitó los tacones en la puerta.
–Estos tacones de verdad que cansan. - Yo seguía sin comentar.
Yo solo me senté en el sofá. En silencio.
–Lara por favor, háblame. - dijo.
–Sabes, lo ame como nadie. Le di todo y perdí todo. Tu más que nadie sabes todo el dolor que pase. - dije, no sabía de dónde venían esas palabras. Tal vez de lo más profundo de mi ser.
Anastasia se sentó a mi lado.
–Yo sé que he cometido errores, que no he sido la mejor. - Voltee. - Pero tampoco me merezco esto. - abrace a Anastasia.
Y me desahogue como nunca.
Parte de ser fuerte, era saber que en cualquier momento necesitaba drenar toda mi tristeza. Parte de madurar era saber que casi siempre, no se podía ser fuerte y ya.
–Llora Lari, Llora. - dijo Anastasia mientras pasaba su mano por mi cabello.
Y así fue, yo solo sollozaba. Me desprendía de todo este sufrimiento.
Muchos pensaban seguro que lloraba por un simple amor. Pero este amor dolía.
Y con este amor, muchos secretos y heridas que me pesaban y no aliviaban mi carga emocional.
Nota:
Comenten si les esta gustando el libro, gracias por todo el apoyo y sigamos recomendando para seguir creciendo.
Ahora es que falta historia para Lara y Santiago.
Xoxo.
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Aléjate o déjate llevar
Novela JuvenilLara y Santiago, muy diferentes pero al mismo tiempo tan iguales, con las mismas ganas de comerse al mundo. Lara es una chica fuera de lo común, desde su aspecto hasta su personalidad ruda y fuerte, chocara con Santiago al demostrar de verdad que un...