"OVA" Mejor vida, libres y felices

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Pasaron varios años, todo había sido reconstruido, ahora ya era todo un campo abierto.

Varias personas salieron de ahí para repoblar el mundo o a ver que se podía hacer.

Ya no había ningún límite de nada, el reinado en esa isla era el mejor de todos, era un gobierno tranquilo.

Todo en aquél día fue lleno de victorias, ya que a pesar de romper las murallas, conseguir la libertad y destruir a todo el mundo, el destacable chico de ojos verdes logró romper la maldición de Ymir en todos ellos.

Tanto él, como Mikasa, Armin y Annie podían vivir una vida larga y tranquila, lo que aprovechó la primera pareja en no perder el tiempo.

Ya habían sido varias veces en las que la azabache se la pasaba pensando y de la nada sonreía, eso hizo pensar más a su pareja.

Desde aquel día nada a pasado entre ambos...de nuevo, así que ya era tiempo, no había días que no pasara. Ayudaba a ambos.

- Ven, acompañame -

Le pidió con la mano extendida la cual tomó mientras se dirigían a la parte de las habitaciones en el segundo piso.

- Si sigues así me harás adicta a.... -

- ¿Y tiene eso algo de malo? A mi me gusta complacerte - entraron y cerró la puerta, acorralando a la chica justo al lado de la puerta.

- Sí pero... -

Lo típico en la linda azabache se hacía presente, comenzaba a sonrojarse.

No le dió tiempo de reaccionar, los labios de su amado ya estaban recorriendo su cuello.

- No pienso perder el tiempo ahora que no tenemos límites -

Habló sin despegarse del todo del suave y deseado cuello de Mikasa.

No tenía nada que hacer, ¿Por qué resistirse? Al fin y al cabo no estaba tan mal.

Ya había pasado un mes, un mes sumamente activo, ni un solo día hubo un descanso, hasta que después de ello, tanto esfuerzo comenzó a dar señales de vida.

Mareo, vómito y otras cosas más, lo habían logrado.

Pasaron los días y los meses, ninguno dijo nada y cuando alguien venía ella siempre se quedaba arriba hasta que llegó el día de recibir ese logro en brazos, dando la bienvenida a un niño el cual alegró las vidas de muchas personas a su alrededor.

- Yung, es un lindo nombre...¿No crees? -

Eren sonrió a tal nombre y su significado, asintió.

- Claro que lo es -

Pasan algunos días, el pequeño se va presentando a cada persona cercana a la pareja y por obvias razones, su amigo es el más fascinado.

- ¿Tú no piensas hacer lo mismo? -

Armin guardó silencio por un momento y sonrió.

- Tal vez, pero Annie quiere un gato -

Los tres rieron a tal comentario.

Sin embargo, al rubio no le molestaba tanto, podía cuidar a Yung cada vez que quisiera, al fin y al cabo era el hijo de sus amigos, sus hermanos de otra sangre.

Con él, Yung se dormía con más facilidad y se le notaba feliz, le agradaba.

- ¿No piensan casarse? -

¿Cambiar?  Sólo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora