42-"Todo abajo, todos abajo"

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Chicos, les invito a mí canal de covers: https://youtu.be/b1wH827Z1OI
La verdad me siento incómoda grabando en mi casa toda desordenada but espero les guste, lo disfruten y me apoyen.
Suscribanse y compartab.

Tyler.

Paso el tiempo en el hospital que dirige mi padre cuando salgo temprano de clases, solía hacerlo con más frecuencia cuando estaba más chico; a lo mejor por eso mi pasión por la medicina nació.
Para mi edad, ya he conocido varios casos sorprendentes, no he asistido a ninguno pero los doctores me dejan estar en la sala de monitoreo de aprendizaje, algunos (los que no no son cascarrabias, porque es sorprendente la cantidad de cascarrabias que hay en este mundo médico) me van enseñando algunas cosas mientras les pregunto. Así que debo decir que tengo gran ventaja cuando vaya estudiar medicina.

Por lo general, cuando no hay muchos casos interesantes, me ocupo de la recepción principal. No el que atiende como rol general, más bien un ayudante de la que en verdad se encarga de ahí, su nombre es María, y es una chica de 22 años muy simpática. Al estar ahí, puedo ver mar urgencias que llegan y que tan complicadas son, tan bien puedo ver a niños con pánico, a madres y padres eufóricos por qué su hijo tuvo un accidente, ancianos sin mucha esperanza de vida, solicitarios y esperando que alguien venga a visitarlos.
En fin, muchas cosas, por lo menos, hoy, justo ahora están entrando los de urgencia, con algunos chicos de preparatoria.

Con una chica de algunos 16-17 años.
Con alguien en cama. Alguien que se parecía mucho a Emma. La curiosidad me ganó, y corri hacia ellos, efectivamente era Emma, en estado grave.

Sus labios estaban morados, temblaba mucho pero se veía más resaltantes en sus manos. Estaba en brasier y le habían desajustado los pantalones. Estaba muy delgada, más delgada de lo que ya era.

Recordé a mi papá, el decía que pase lo que pase no puedes llorar como médico, p al menos que nadie te vea, porque tienes que estar entrenado para ver lo peor y buscar una solución y eso siempre tiene dos opciones: Muerte, o salvación.

Recuerdo que solo lloré el primer día que vine aquí-un niño, de unos siete años acababa de fallecer por el cáncer, ese mismo día a llegar a casa mi papá habló conmigo- y hoy. Mí corazón se detuvo, las lágrimas se adueñaron de mis ojos y me derrumbé. Los paramédicos estaban dándome una información, al cual no oí y no pude responder, me quitaron del camino. Y se llevaron a Emma con un doctor.

No conocía a los chicos que venían junto la ambulancia. Supongo que ellos a mi tampoco.
Ellos me preguntaron:
-¿Trabajas aquí? -respondí que sí.
-¿Ella se mejorará? ¿Ella estará bien? ¿Qué tiene ella?
¿Ustedes saben cuál es la peor parte de todo esto?
Es que, por lo general suelo dar ánimos, suelo calmar a los familiares que vienen preocupados, pero está vez, aún en el shock que me causó verla, pude ver la cara de los paramédicos, la cara del doctor, la cara de el enfermero. No podía tener una respuesta como la que siempre decía: Ellos saben que hacer, no ellos son los mejores, no hay que preocuparse.

La verdad era, que yo necesitaba un Tyler necesitaba que alguien se sentará conmigo y me dijera que iba a estar todo bieb, porque yo no sabía si eso sería posible.

-Ellos son los mejores- logré decir-¿Ustedes quienes son? ¿Son cercanos a ella? ¿Saben cómo sucedió todo esto?

El más alto de todos, respondió:
-Tengo entendido que estaban en clase de educación física y deporte, ella cayó al suelo y llamaron a la ambulancia, Guri nos llamó cuando necesitaban ayuda para cargarla mientras esperaban no sé que.

-Este chico Adam, su novio creo, iba a venir pero no cabía. Guri carga todas sus cosas. Creo que deben venir en camino-hablo el más bajito.

Los chicos parecían del grado de Bruce y Adam.

Mi corazón tiene un nudo al igual que mi garganta. Adam me prometió cuidar de ella, y ahora ella está en el hospital. Pensamientos rápidos entran a mi mente, y no son los mejores. Le agradezco a los chicos por la información y me dirijo al escritorio a llenar la planilla con sus datos. Escribir me costaba, mi pensamiento no sé concentraba, me costaba escribir una sola palabra. Porque cada que escribía una, me daba un escenario en mi cabeza, cada escenario era peor.

-Maria... El caso que acaba de entrar...
-Es ella ¿Cierto?
-Sí...-Siendo honesto, creo que María es la única que sabe toda esta historia, desde que me empezó a gustar Emma, desde que prefirió a mi primo antes que a mí. Ella ha sabido todo eso, es la que ha escuchado el principio y el fin. No sé cómo me sigue soportando- Tú.. ¿Sabes si ella estará bien? ¿Según tu experiencia que pasa? ¿Dónde está?

-La tomó Raúl, es un muy buen doctor, posiblemente debe estar en la habitación 12.

-¿Ella estará bien?

María quedó callada, se acercó a mí y me acarició el pelo, me abrazo fuerte y me sentí reconfortado. Sentía que si podía salir todo bien.
Era lo que yo solía hacer con los familiares y cercanos de pacientes.

Pero lo que salió por su boca, no fue lo que esperaba.

-Cuando la veas, sonriele, abrazala. Y despídete.

Me miró con tristeza, y siguió con su trabajo.

Mi mundo se quebró, las lágrimas corrían por mis mejillas.

Corri hasta la habitación 12, no estaba tan lejos de donde yo estaba. Llegué, me quedé afuera, mirando desde la ventanilla azul que ipacaba los colores de la habitación internamente.

Ella estaba muy flaca, se podía ver sus costillas. Se le veía con marca casa hueso. Se veía pálida. Se veía lastimada.

Tuve unos minutos viendo la escena, doctores hablando con doctores, metiemdo maquinarias en su cuerpo. Yo me deshacía de mis uñas.

El doctor sale, los bordes de mis uñas empiezan a sangrar, Guri aparece con la mochila de Emma. El doctor, sin decir nada, la toma y entra de nuevo.

Maldita sea.

MALDITA SEA.

-Adam quiere hablar contigo, está en recepción-comentó ella.

Una típica historia de amor diferente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora