Volteo a ver hacia un punto fijo en el techo, aun cuando me haya contado todo esto de una forma como si fuese un cuento hay cosas que todavía no logro comprender.
-cómo murieron?- pregunto porque es la primera pregunta que me viene a la cabeza, no lo entiendo, mira su platillo a medio terminar pensando en cómo decirlo.
-creo que debemos irnos. - dice mientras se levanta, no entiendo, la idea de venir aquí fue de él y ahora quiere que nos vayamos, no, de eso nada.
-me estás tomando el pelo? - le digo aun sentada mientras lo veo seriamente, aunque la seriedad se derrumba pues comienzo a llorar y me cubro la cara con las manos.
-hey hey, nena, no, si nos vamos es porque vamos al bosque, ahí puedo explicarte las cosas con lujo de detalle y con... muestras, pero aquí no puedo. – dice volteando a ver hacia todos lados mientras se acerca a mi arrodillándose para destaparme la cara.
Cuando llegamos al bosque, en medio de la nada, podría escuchar personas, como si hubiera una ciudad.
-en dónde estamos? – le pregunto porque es evidente que el también lo escucha.
-en...una aldea. – parece nervioso, como si tuviera miedo de mii reacción al contarme la verdad.
Retrocede unos pasos y entonces comienza a quitarse la ropa, entonces por inercia me llevo la mano a los ojos dándome la vuelta.
- ¿Qué demonios haces Eros? – pregunto en voz alta.
- Shhh, nos pueden escuchar. – dice y entonces observo, aunque debe estar bastante lejos para poder verlo.
- Puedes darte la vuelta, necesito que lo veas para que me creas. – dice y entonces es mi turno de reir.
- Que? ¿Quieres que vea que tan grande la tienes? – le digo aun riéndome amargamente, pero me doy la vuelta por mera curiosidad, lo miro a la cara intentando concentrarme en no voltear a ver abajo y entonces sonríe egocéntricamente, cierra los ojos y segundos después ocurre algo que solo creí posible en los cuentos, en las historias de mis abuelos, o los que creía que lo eran, que también entraron en ese juego.
Había un perro enorme, bueno no, tenía un parecido tremendamente a un lobo, era de color negro y en el pecho una enorme mancha de pelaje blanco, en las puntas de las orejas igual tenia blanco. Mis manos comienzan a temblar y por inercia retrocedo unos pasos por el temor, seguidamente el se echa cruzando sus patas delanteras en signo amistoso, entonces me acerco y sale una lagrima del ojo izquierdo, esto no podía ser real, todo se solio de control, y no tengo idea desde cuando ocurre esto, pongo mi mano izquierda por encima de su cabeza, o al menos lo intento, pues es casi de mi estatura. Agacha la cabeza en signo de sumisión, entonces me voy agachando hasta sentarme en mis pantorrillas, el apoya su cabeza sobre mis rodillas y lo acaricio, seguro cualquier persona normal que nos vea creerá que es un cuadro genuino o que deberas está totalmente desquiciado, él se pone sobre sus cuatro patas y poco a poco va tomando su forma normal... de humano. Me voy la vuelta para que pueda vestirse, aunque claro está que me gustaría seguir mirando.
-ya puedes voltear. - me dice y entonces volteo, espero que diga que es una broma y que ha metido algún alucinógeno en mi comida o bebida.
- escucha sé que para ti esto no debe ser muy normal, pero... - comienza a decir con ademanes pero lo corto antes de que siga.
-No no haber, para mí no es que sea muy poco normal, es que.. es que desde luego esto no es normal, ¿me diste algún alucinógeno o qué? – lo miro con cara de desquiciada seguramente, pero me desespera esta situación, creo que mejor debí esperar que mis padres quisieran explicarme las cosas.
-Eva, tranquila, escúchame, si?- dice tratando de camalme y yo asiento, agora saca una navaja de su chaqueta y se corta el interior de su antebrazo y entonces chillo y me acerco a el, aunque fue mala idea, pues el aroma de su sangre hace que mi sed por ella crezca, meneo la cabeza para que cualquier tipo de pensamiento estúpido se cruce por mi cabeza. Le tomo el brazo para ver su herida, pero en cuanto paso mis dedos no hay herida alguna.
- eso es prueba alguna de que lo que acaba de pasar es real, y ahora cállate y déjame explicarte. - dice y yo asiento con la cabeza en silencia, me sorbo la nariz y me quedo inmóvil viéndolo esperando a que hable.
-cierra los ojos y concéntrate en lo que escuchas, puedes escuchar más de lo que crees hacerlo. – dice y es verdad, hace un mes que desarrolle mi súper oído, pero entonces cierro los ojos y me concentro en su voz.
-dime, que escuchas? – dice y entonces me concentro aún más.
-gente, niños, gruñidos, fuego. – le comienzo a decir lo que escucho y entonces abro los ojos y lo observo.
-debe ser un pueblo muy cerca de aquí. – le digo volteando a ver para todos lados, pero el niega.
- efectivamente, es como un pueblo, pero nuestra especie, lo llama "manada" que es liderado por un Alfa y Beta. – dice y entonces recuerdo exactamente lo que dijo Óscar en la casada.
- los tres reinos que te mencioné son la manada de hombres lobo, diferentes aquelarres de brujas y los clanes de los vampiros, aunque los clanes tengan jefes, solo existía un rey.- dice y entonces recuerdo lo que dijo de Emiliano.
-efectivamente el Rey era Emiliano, la manada que se volvió más poderosa por ser protegida del Rey, es Sinhara, quien tenía al mando como Alfa a Erika y sin falta alguna Martha quien fue en su época, la bruja más fuerte y poderosa, por eso fue elegida por la Diosa luna y por el centro de la tierra como la porta voz del aquelarre, Sinhara singue siendo la más fuerte, aunque ahora es liderada por...- dice incapaz de terminar la oración, pero esa era la única respuesta que yo ya me sabia.
-es liderada por Óscar y por ti.
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La sangre también también traiciona
WerewolfEn esta historia dará un giro bastante radical en la vida de la protagonista, eva, púes vivía en el trono, en la cima del éxito según ella. Se creía la reina del mundo, la que tenía poder sobre todos, la típica chica que es la villana en otras histo...