Miré al hermano de Bec pasar junto a mí. No habia encontrado oportunidad de dirigirle la palabra. Aunque también puede que ella le contara cómo habían terminado las cosas y él me estuviera evitando.
Según tenía entendido, Bec quería estudiar Comunicación. Pero no la habia visto en el edificio de esa carrera. De hecho no la habia visto desde que se habia terminado la preparatoria. Se sentía extraño ya no verla. Siempre pensé que nunca se iría. Me había acostumbrado a tenerla cerca, tanto que ahora me sentía extraño.
Ajusté mi mochila en mi hombro y caminé con una mano en el bolsillo en dirección a mi salón, aunque una parte de mi quería ir tras él y preguntarle por ella. Pero no lo hice.
Entré a mi salón y me senté hasta atrás con Jacx.
— Miren quién se deja ver.— comentó bostezando. Nunca supe de dónde sacaba tiempo para enredarse con chicas y hacer las cosas de la escuela si estaba siempre dormido.
No le respondí. Era obvio que lo había escuchado.
— ¿Cómo vas con eso?
— Bien.
— ¿Bien?— soltó una carcajada ronca.— Tu cara dice «Quiero suicidarme».
— Mi cara es la misma de siempre.— le contesté un tanto molesto.— Dice que no tengo ganas de hablar.
— Sí, jamás tienes.— coincidió con tono aburrido.
— Saquen sus libretas. Quiero un resumen del libro digital que les mandé ayer.— dijo la profesora apenas entrar al salón.— Cinco cuartillas, a mano, a lapicero, para hoy. No lo quiero manchado, tachado ni con corrector.— depositó su bolsa en el escritorio antes de voltearse y empezar a conectar su computadora al proyector del salón.
Jacx y yo empezamos a trabajar en el resumen en silencio antes de que una bolita de papel cayera en nuestra mesa. Nos miramos y Jacx alargó la mano para desenvolver el pedazo de hoja arrugada.
— Creo que es para ti.— me dijo antes de lanzarmela. La abrí debajo de la mesa y observé el contenido.
Levanté la mirada a las chicas que estaban en la fila delante de nosotros. Una giró para recibirnos con una sonrisa. Sonrisa que se desvaneció cuando le aventé su notita de nuevo.
— No, gracias.— le dije antes de volver a lo mío.
— Diablos. Eres de lo peor.— dijo Jacx.
— No, solo no tengo ganas de salir.
— ¿Y por qué no?— analizó a las chicas frente a nosotros.— Yo lo haría.
— Entonces ve tú.
Jacx bufó con exasperación ante mi constante negativa.
— ¿Esto es en serio? Hermano, ya llevas un mes así, ¿Y todo por qué? Por una niña que ni sabes donde está. Solo olvídala. No te importaba tanto cuando empezaron las vacaciones.
No, era verdad. Eso era lo peor. Que cuando me había dado cuenta de que ya no estaba, de que había desaparecido por completo de mi vida era cuando habia empezado a extrañarla. ¿Por qué me había tardado tanto? Tal vez, porque siempre había pensado que las cosas entre nosotros no terminarían. O tal vez porque me habia convencido de que ella siempre se quedaría sin importar qué.
Intenté concentrarme en terminar ml trabajo y salir de clases.
Hace poco Bec había reactivado sus redes. A veces me preguntaba si debería mandarle un mensaje. No había subido nada. No tenía ninguna pista de lo qué pasaba en su vida.
¿De verdad había sido tan sencillo para ella dejarme ir?
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Tienes Prohibido Enamorarte
RomanceCuando Becca se muda a Miami para empezar la Universidad, cree que los problemas que tuvo en Seattle por fin han llegado a su fin. Al menos hasta que alguien peligroso comienza a mostrarle que sabe su secreto. Esto lleva a Becca a hacer un trato con...