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Cuatro con treinta y cinco de la mañana.
Sigue sin poder conciliar el sueño, ya perdió la cuenta de las veces que se levantó de la cama sólo para distraerse un poco e intentar despejar su mente. Toma el teléfono esperando una llamada, un mensaje. Alguna señal.
Vacío.
Mira hacia la ventana que está a su derecha, da directamente al jardín de flores, que está en la plaza a la vuelta de la esquina de su apartamento, pero no se fija en eso. La noche está preciosa, las estrellas pintan de una forma maravillosa el cielo. Sin embargo, no puede apreciarlas del todo bien, sus ojos están nublados de lágrimas. No puede pensar con claridad y las palabras dichas por el pelinegro siguen resonando en su cabeza y martillando su corazón.
Porque no era algo para tomarse a la ligera, era una boda.
Jumin iba a casarse.
El amor de su vida había decidido estar con otra persona.
El rostro del pelinegro aparece por su cabeza en distintas situaciones. Luego de su confesión, cuando Jumin le llevó un ramo de ostentosas flores sabiendo que no le gustaban demasiado las cosas materiales.
El día que tuvieron su primer beso, bajo la lluvia como toda historia cliché romántica, el día que también se dio cuenta que Jumin tenía los labios más suaves del universo y que calzaban perfectamente con los suyos.
La primera vez que discutieron, Jumin lloró por horas y él no pudo soportarlo, fue demasiado para su corazón ver lo destrozado que estaba, al final se durmió con él, lo llenó de besos y lo perdonó por ser tan posesivo.
Cuando tuvieron su primera cita, uno de sus mejores recuerdos. Él no podía creer que su novio jamás había estado en un parque de diversiones, ese día volvió a su casa con un montón de fotos de Jumin Han sonriendo y con los labios manchados de chocolate, que por supuesto él mismo se encargó de limpiar a besos más tarde.
El día que supo lo que verdaderamente significaba "hacer el amor" con alguien, era la primera vez de ambos y Jumin de la manera más hermosa y pura posible, le dio la confianza y la valentía, secó sus lágrimas de dolor y felicidad y se quedó a su lado hasta el amanecer, incluso cuando Jumin tenía un viaje que hacer esa misma noche por negocios. Al otro día, se dijeron cuánto se amaban. Por primera vez también.
En un segundo todos esos momentos preciosos pasaron frente a sus ojos y se sintió aún más desgraciado, más solo y más estúpido por creer que algo de eso fue real.
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defeat | jumizen
Romance𝘫𝘶𝘮𝘪𝘻𝘦𝘯 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤. Él sabía que no había esperanza, no importaba lo que hiciera. Jumin ya había mirado hacia otro lado y no era en su dirección. oneshot. Todos los personajes mencionados en esta historia pertenecen a Cheritz.