C A P I T U L O 2 4

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El día de la fiesta había llegado y aunque Vanya no quería aceptarlo, estaba jodidamente nerviosa.

Estaba comiendo algo antes de comenzar a prepararse, junto a Timothy, quien no cerraba la boca ni disimulaba su desconfianza ante la nueva faceta amistosa de Vanessa.

- ¿Estás segura de que no envenenó los churros? - Vanya giró los ojos para terminar de tragar la pizza que había en su boca.

- Has hecho esa pregunta miles de veces, ya te dije que no, hombre. - Dijo Vanya lanzandole un trozo de pepperoni en la cara a Tim.

- Pues no le despegaré la vista en toda esta noche, no me fío de ella. - Vanya rió para abrazarlo por los hombros.

-Gracias por cuidarme, Tim. - Él sonrió y besó la coronilla de la cabeza de Vanya y continuaron comiendo hasta que Tanner bajó y tras dejar un beso en los labios de su chica, se llevó a Tim a su habitación para comenzar a prepararse.

Vanya subió y se dio una ducha rápida. Usando salió encontró a su suegra, por raro que suene, sentada en la cama emocionada por maquillar a Vanya.

La travesía comenzó, cada capa de maquillaje eran más risas y bromas, al parecer Tanner era incorregible de pequeño y habían muchas anécdotas sobre él y su lujosa infancia. Dos horas después, ambas estaban maquilladas y Emily estaba haciendo ondas en el cabello corto de Vanya mientras hablaban sobre cualquier cosa.

- Y no sabes, los padres de Nat y ella se mudarán a Londres la próxima semana. - Vanya la miró con los ojos agrandados.

- ¿Podemos visitarla antes de eso?- Emily asintió y la besó en la cabeza.

Los nervios iban aumentando y mientras Emily se hacía un peinado recogido Vanya se colocó la ropa interior y los zapatos de tacón, para luego mirar fijamente al vestido en el gancho.

- ¿Crees que si me vea bien? Es que mi espalda... - La voz dulce de la mujer la interrumpió.

–Van, tu espalda es hermosa y lo único que tiene son cicatrices de batalla que te hacen ver aún más fuerte. Úsalo, quiero ver a mi hijo babeando por ti. - Vanya de carcajeó y se comenzó a colocar el vestido.

Continuaron en la habitación mientras la mujer terminaba de vestirse y conversaban hasta que un llamado del mayor de los Towers las hizo bajar para encontrar a sus dos amigos vestidos con un increíble traje que les sentaba de maravilla. Cuando sus ojos cayeron en Tanner él no podía parar de mirarla perplejo.

Lucía hermosa, y elegante. Ahí se dio cuenta de que estaba jodidamente enamorado de esa mujer. Ella avanzó hacia él y le dio un beso corto en los labios.

-Luces hermosa, Peregrine. - Ella sonrió embobada y lo miró a los ojos.

- Tu también estas hermosa. - Tanner se carcajeó y Vanya se sonrojó ante lo tonta que fue y cuando iban a besarse de nuevo Tim se metió en medio modelando su traje.

- Yo también me veo hermosa. - los tres se abrazaron y tras algunos halagos a los dos adultos subieron al auto con camino a la mansión Seller.

El camino fue tranquilo, basándose en una pequeña clase de etiqueta a Vanya con detalles y ejemplos sencillos. Comenzaba a anochecer y ella se sentía muy feliz, iba tomada de la mano del chico que le gusta, a un lugar lleno de lujos que pensó que nunca iba a poder recibir.

Su vida estaba arreglada e incluso sentía que podría en un futuro estudiar y realizarse de una manera más completa.

El viaje terminó, apenas bajaron del auto una Vanessa emocionada y ruidosa interceptó a Vanya colgándose de su cuello en un abrazo mientras Tim y Tanner la miraban extrañado. Timothy sabía que algo raro se tramaban pero era solo un presentimiento, no podía acusarla de nada sin pruebas pero se mantendría atento, ella nunca ha sido alguien en quien confiar.

Luego de una bienvenida donde los padres de Vanessa saludaron cariñosamente a Tanner y su familia ingresaron al jardín de la mansión. Estaba perfectamente iluminado y habían mesas por todos lados, muchas personas paseaban lenta y elegantemente por el lugar y fue ahí cuando Vanya comenzo a sentir que no encajaba.

Tomaron asiento en una mesa y Tanner tomó la mano de Vanya porque podía sentir lo tensa que estaba, al tener contacto con él, se relajó de inmediato y bebió un poco de la champagne en la copa frente a ella.

Estuvieron un rato en la mesa conversando y riendo hasta que Vanesa se acercó y pidió permiso para llevarse a Vanya un segundo.

- ¿A dónde vamos? - Preguntó siendo halada por la mano de Vanessa hasta el interior de su extensa habitación.

- Quiero darte algo. - Se giró dándole la espalda y sacando algo de un cajón de su cosmetiquera. - Ese día olvidamos las joyas, y como imaginé que no tenías, quise darte este collar.

Un collar pegado al cuello que luego le ayudó a colocar, lleno de brillos y diamantes, que conmovió a Vanya en lo más profundo de si.

Se sentía bien tener este tipo de amistad, en la que podía hablar sobre ropa y chicos y esas cosas que sólo pasan en televisión.

Vanya la abrazó y Nessa la estrujó contra su cuerpo y en silencio la llevó hasta el patio trasero.

Cuando Vanya estuvo a punto de volver a su mesa, Nessa la haló y se aferró a ella en un fuerte abrazo que la dejó sin aliento, cuando se separaron, Nessa la miró con evidente tristeza haciendo a Vanya fruncir el ceño.

-¿Te pasa algo, Ne... - La voz cansada de Vanessa la interrumpió.

- Lo siento mucho, Van. - Y sin más caminó con dirección a quién sabe dónde.

Vanya caminó con confusión a su mesa y Tim, quien fue el único en la mesa que observó la escena siguió con la mirada a Seller, quien caminó hasta su padre y luego de decirle algo la tomó de la mano y la llevó al interior de la casa.

Algo le olía mal, sabía que se tenía entre mano alguna estupidez.

Caos PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora