XXII

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-¿Me das un dulce? -dijo el niño, viendo al pelirrojo recoger el desastre del patio.

Todo pasó tranquilo después de la pelea, los invitados se fueron tan rápido después del pastel y Pam, por compensar a su hija, le organizó una pijamada improvisada, siendo recibida con aceptación por los padres. Mandando a Brock y a Colt a recoger el patio

-¿Me das un dulce? -repitio Leon.

-Amigo, te los acabaste todos -dijo Brock, levantando los escombros de la pared-. ¡Hasta mi gansito del refri desapareció!

-Ese fui yo -dijo Colt, tratando de acabar la conversación.

-Será el último -dijo el niño-, lo juro.

Colt miró entre todas las mesas, encontrándose con unas papitas, las tomó y se las dio al niño de chamarra verde.

-Muchas gracias, Colt -dijo para correr con la bolsa.

Colt sonrió, preguntándose el por qué el cambio abrupto del niño, siendo respondido al instante al ver cómo se las entregó a otro niño de mameluco azul y ojeras, yendo ambos después al piso de arriba.

-Vaya noche, ¿no? -dijo Brock, iniciando conversación.

-Sí -dijo-. Oye, lamento no decirte de todo esto.

-Bro -dijo, deteniendo su actividad-, ¿tienes idea de cuántas veces me cachaste fornicando en tu casa?

-¿Muchas?

-Sí, ¿y sabes qué? -dijo, acercándose al pelirrojo- Ninguna de esas fue tan traumante como verte coger con un anciano.

Ambos sonrieron aliviados de quitar toda la incomodidad.

-¿Desde cuándo?

-¿Cuándo qué?

-Te estás comiendo al viejito.

-Bueno, en realidad -dijo apenado-, era nuestra primera vez.

Brock carcajeó hasta que la seriedad de su amigo fue mayor, indicando que no era broma.

-No te creo -dijo-. Esto... ¿Esto es en serio?

-No tengo por qué mentirte -se encogió de hombros y rió al ver la reacción de su amigo.

-¡Brock! -la voz de Jessie hizo que ambos volvieran a la realidad; la pequeña llegó corriendo y lo tomó del brazo- ¿Podrías contarnos una historia? -rogó- Es que las tuyas son las mejores.

-Tengo que ayudar a tu hermano -señaló a Colt con la cabeza, quien estaba de rodillas recogiendo los escombros que se habían esparcido en el suelo.

-Seguro él podrá solo -insistió-. Además, sólo será una en lo que nos da sueño. Sandy ya casi está dormido -dijo, intentando convencerlo.

-Sandy siempre está dormido -dijo con tono burlón.

-Está bien, ve -dijo Colt-. Yo me encargo mientras.

-¿Seguro? -preguntó Brock, arqueando una ceja en señal de duda, pero al ver a su amigo asentir nuevamente, accedió a la propuesta de la niña.

-¡Gracias! -dijo Jessie, feliz de haber conseguido lo que quería y llevándose a Brock escaleras arriba.

El pelirrojo se puso de pie, apreciando todo lo que le faltaba por recoger y gruñó algo frustrado; sin más remedio, se dispuso a recoger la bolsa que Brock había estado sosteniendo y recorrió el patio levantando toda la basura que había quedado regada por el césped. Cuando su recorrido llegó a las cercas que separaban su casa del territorio público, escuchó claramente la voz de aquél vampiro llamarle, giró su cabeza y le vio, parecía aún estar apenado por lo ocurrido.

Cegado por una Dalia Negra. [Hiatus] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora