Capitulo III

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Joey

Primera hora, ya espero a Valia a fuera de su residencia.

Sé que no debí volver, pero necesitaba verla de nuevo, su sonrisa, sus ojos, su voz, necesito todo de ella. Prometo que está será la última vez, prometo no volver a buscarla, ella no merece a un criminal a su lado, una princesa espera a su príncipe azul no a un oscuro cazador.

Valia sale, tan bella como siempre, con la sonrisa que ilumina más que el sol. Estoy fuera, recargado en mi auto, no puedo evitar quedar boquiabierto, tal parece  que hoy está más bonita que otros días.

—Buenos días— me saluda con una gran sonrisa. Enlaza sus manos detrás de ella y se balancea sobre las puntas de sus pies y sus talones.

—Buen día— respondí.

—Lo lamento, encargué que tu chaqueta fuera llevada a la lavandería, no quería arruinarla lavandola en casa, te la devolveré después— me dice mientras continúa se balanceandose.

—No importa, puedes conservarla.

—¿En verdad?— cuestiona y yo solo asiento sonriendo— ¡muchas gracias!

—Vamos, no llegarás tarde a clases por mi culpa.

Abrí la puerta del auto para que ella pueda subir, ¿Alguna vez he hecho esto? Creo que no, a decir verdad ¿Cuando fue la última vez que una chica subió a mi auto? Acaso ella es la primera. Subí también y comencé a conducir hasta su colegio, ella habla y habla, no puedo prestar demasiada atención me pierdo en el sonido de su voz pero no logro procesar las palabras.

—Ya conoces el camino— me ha sacado de mis pensamientos, ahora me verá como un acosador. No puede ser, porqué no recordé que la había seguido— tranquilo, note que me seguiste. Me asusté al principio pero después de que me salvarás me di cuenta de que no eres malo.

—Solo quería conocer más de ti— trato de justificarme.

—Creo que no me presenté bien. Mi nombre es Valia Julie Cullimore Gastrell, tengo diecisiete años pero en octubre cumpliré los dieciocho finalmente— dice— soy hija única y por lo tanto mis padres están muy al pendiente de mi, no pienses que soy una niña arrogante y consentida. Mi padre es dueño de una empresa dedicada a la organización de eventos y mi madre es dueña de una constructora. Cómo te podrás imaginar soy muy sobreprotegida por ellos, es raro sabes— dijo mientras reía— ellos son muy altos pero su única hija debió ser muy pequeña, es por eso cuidan mucho de mí, me subestiman. Pero basta, platicame sobre ti.

—Sobre mi...

¿Qué sería bueno decirle? "Soy hijo del mafioso más poderoso del país, soy malo para ti, asesino personas por la presión que ejercen en mi al ser el sucesor de mi padre" no, no puedo ser así de expresivo.

—Mi madre murió hace diez años— decido revelar primero— desde entonces solo vivo con mi padre y mis hermanos, soy el mayor, después está Bernard a quién ya conoces y por último la más joven, Solange, tiene tu  edad. Mi padre es abogado y dueño de centros nocturnos— no mentí, mi padre en realidad es un abogado, claro que tiene centros nocturnos pero no quiero que sepas lo que hay detrás de ellos— él es estricto, específicamente conmigo ya que soy el mayor. Solange jamás ha sido sobreprotegida, siempre tratamos de hacerle ver el mundo tal y como es, duro y cruel.

—El mundo no siempre es duro.

Tú no conoces este mundo Valia, mi mundo es muy diferente al tuyo, son dos mundos opuestos, no quiero que entres en él porque alguien como tú simplemente no lo merece. Un mundo de colores y un mundo oscuro no pueden mezclarse, un mundo de paz y el otro de violencia, dos cosas que jamás estarán bien juntas o existe paz o existe violencia, un mundo de Valia y un mundo de Joey, dos mundos opuestos que jamás deberán reunirse.

Dos mundos opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora