50. Pelirrojos

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El gran pirata Akagami no Shanks, no podía creer lo que estaba ocurriendo.

No podía creer que esa mujer con la que tuvo una fugaz aventura estuviera embarazada. De 8 meses.

No había sido una única vez que tuvo un encuentro con esta chica, es más, estos se habían hecho costumbre evitando una relación más amorosa o romántica.

Eran solo encuentros casuales, para satisfacer sus deseos y necesidades. Sin nada de compromiso o seriedad.

Pero esto era muy serio, y requería un compromiso enorme.

¿Un pirata como él siendo padre? Un mejor chiste no existía.

Planeaba dejar todo en manos de aquella mujer, enviándole dinero (el cual gracias a su fortuna pirata no hacía falta) para criar a este bebé. Más allá de eso, no pensaba tener otra responsabilidad.

Tenía a la mujer en frente, y todo lo que había pensado estaba siendo procesado en su mente para decírselo. Tomó aire para hablarle.

-Te enviaré din...-fue interrumpido.

-Mataré a este bebé -dijo ella secamente.

-¿Qué?- Respondió Shanks sorprendido, no podía creer lo que escuchaba.

-Eso, voy a asesinarlo.

-No puedes hacer eso, es hijo mío también.

-No pienso hacerme cargo de él -decretó.

El pirata se detuvo a pensar. Muchas cosas rondaban en su cabeza en ese momento. No podía dejar que matara a su hijo.

La mujer había llegado al barco esa mañana, buscando a Shanks desesperadamente para darle un mensaje.

A pesar de que él la vio un poco más gorda a simple vista, nunca imaginó que ese mensaje era que tenía un embarazo llegando a término.

Ella había pasado los últimos tres meses buscándolo, pues quería darle aviso de este acontecimiento.

No tenía sentido alguno, si quería matarlo debió hacerlo y ya. El jamás se hubiese enterado ni sufrido por ello. ¿Que planeaba esta loca?

Ordenando un poco sus pensamientos, habló.

-¿Por qué me lo dices? -le dijo- Pudiste matarlo en el primer momento y yo jamás hubiese sabido. ¿Por qué me buscaste realmente? ¿A qué has venido? -disparó montones de preguntas que chocaron en el inmutable rostro de la fémina.

-Pensé que te interesaría un bastardo en tus filas ¿No te agradaría que naciera?

-¿A ti si? -interrogó Shanks.

-No, en absoluto. Pero me sentiría culpable si no hubieses sabido nunca. Tengo honor- respondió manteniendo el semblante serio.

-¡Desgraciada! -exclamó el pirata, comenzando a perder la paciencia.

-¡¿Que mierda quieres que haga con él?! ¡Dímelo, Akagami!

-Me vienes a torturar porque no quise una relación contigo, eso es. ¿Quieres dejarme este hijo como amarre a ti?

La mujer puso cara de incredulidad.

-Vaya, ¿Eso piensas? Cree lo que quieras, pero no volverás a saber de mi. -se dio media vuelta, dispuesta a salir de la habitación donde estaban discutiendo.

-¡Espera! Vas a dejar que el bebé nazca, déjamelo a mi y te marcharás. ¿Entendido?

La mujer asintió, con una sonrisa de medio lado, triunfante.

ENCONTRÉ MI ONE PIECE (AcexLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora