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La rubia caminó por las calles, de LA, luciendo un hermoso vestido color vino, ajustado a cada cueva de su cuerpo perfectamente.
Sus tacones negros y bolso Gucci, solo hacían conjunto con el vestido. Lo que destacaba más a aquella mujer.
Entró al Bonjour Café con una inmensa sonrisa y buscó con cautela a su amigo Kevin. Pudo divisar a una gran figura agitando su mano animadamente invitándola a sentarse con él y, en ese momento supo que se trataba de Kevin.
—Hola cariño.—El chico la miró de arriba a abajo asombrado y sonrió.
—Estas preciosa.—Una sonrisa se hizo presente en el rostro de la chica y solo pudo inclinarse en su asiento para darle dos besos a su acompañante.
—No más que tu, ¿qué tal las cosas con Fangs?—Preguntó.
—Ya sabes...bien...pero a mi eso no me interesa, a mi lo que me interesa es saber porqué te has puesto así de guapa para firmar los papeles del divorcio.
Betty rodó los ojos.—Kev, han pasado dos años desde que no lo veo. Realmente me da igual las pintas que lleve, pero una cosa así, como divorciarme de la persona que me engañaba debo celebrarlo.—Intentó sonreír, de verdad que lo intentó, pero en vez de eso, le salió una mueca.
Eso no era verdad. Ella estaba diciendo algo que sabía de sobra que no era verdad. No quería divorciarse de la persona que amaba. Pero, ¿qué podía hacer? Nada...absolutamente nada.
No lo había superado. Dos años en los que salió a múltiples citas y nada. Nunca le pareció el hombre correcto. Necesitaba sentir algo en sus estómago revolviéndose, causándole cosquillas. Pero en vez de cosquillas le entraban ganas de vomitar. Estaba enamorada de una persona que no la valoraba como ella lo merece. Pero no era suficiente castigo que le rompiera el corazón dejándola destrozada, no, si no, que no la dejaba salir con otros. No podía sacárselo de su cabeza y no quería hacerle a nadie sufrir como él había hecho con ella.
Kevin colocó una mano encima de la de su amiga.—Betty, a mi no me engañas. Supongo que necesitas una forma de mirar las cosas, una perspectiva distinta a la de estos últimos dos años...pero no me mientas a mi y, lo más importante, no te mientas a ti misma.—La rubia asintió.
—¿Qué desean tomar?—Preguntó el camarero con un cuaderno en mano.
—BUGHEAD—
Betty abrió la puerta del lugar. Con la autoestima en el techo y, el café diluyéndolo por su estómago, entró decidida y con la cabeza bien alta. No debilidad. Se volvió a repetir.
—Disculpa—Esa voz. Su voz.—¿Betts?—Betty se giró al que alguna vez fue su marido de verdad, donde no se reía de ella de aquella forma tan cruel.
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One shots
Novela JuvenilHistorias en las que no prometo un final feliz, la mayoría lo tendrán. Estas pequeñas historias solo tiene de protagonistas a la pareja Cole y Lili o Betty y Jughead. 𝗡𝗼 𝘀𝗲 𝗽𝗲𝗿𝗺𝗶𝘁𝗲 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗽𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮. 𝗦𝗶 𝗾𝘂...