One Shot [Creek]

VI. Alemania nazi [AU]

Este "OS" son 2 capítulos que escribí en el 2017, por lo que la narración es más corta (a comparación de la actual) y la trama está inconclusa. Adapté a Creek estos fragmentos, así que las personalidades de ambos difieren un poco al igual que sus apellidos.

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Es 1933 y Craig Köhler adora su vida, así como pasar de vez en cuando a la cafetería en donde trabaja un chiquillo de ojos verdes.

Tweek Fiquet, en cambio, prefiere ignorar lo que sucede a su alrededor, aunque cada vez es más difícil.

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—Muchas felicidades, mi oberschütze*.

Varios saludos y felicitaciones se hicieron presentes. Rostros apenas mostrando las emociones, dando palabras que quizá no sentían en realidad. Pero, hipocresía en aquellos gestos o no, él estaba más que feliz. Su sonrisa, intentando no salir a flote y demostrar cuán alegre estaba, apenas podía contenerse. Sentía que, por primera vez en su vida, llegaría a ser alguien importante tanto para él como su familia.

Había sido un día rutinario, con la novedad aun susurrando en su mente. Quería llegar a su casa y mostrar su nueva insignia con orgullo, y quizá era poco a comparación de sus colegas y todos aquellos que ocupaban rangos más altos, pero a su edad, él ya estaba triunfando. Él estaba siendo parte del cambio prometido por Hitler.

Al llegar a casa, su hermana menor fue quien lo recibió con un abrazo amoroso. Sacudió el pelo de Tricia, soltando una pequeña risa al ver lo fastidiada que estaba la niña por dicha acción. Se quitó la gorra, dejándola en uno de los sofá de la entrada principal, mirando a su alrededor en busca de su madre. Y, sin esperar mucho, salió la señora rubia y sonrisa hermosa. Lo abrazó tan fuerte y repentinamente que apenas notó cuando envolvió los brazos en su cuello.

—¿Qué tal el día, mi pequeño soldado? —rió al escuchar el apodo. El abrazo se deshizo y la miró, contemplando la belleza de su madre. A sus cuarenta y uno seguía pareciendo una jovencita con un cabello perfecto. Era hermosa. —Tu padre me dijo que hoy sería un día importante.

—Realmente lo fue.

Sin decir más, mostró la insignia que reposaba en su manga izquierda. La señora de cabello cual oro se le acercó, rozando apenas las yemas de sus dedos sobre la tela y sonriendo con más alegría. Su hermana, tan pequeña y escurridiza, se acercó para imitar la acción de su progenitora.

—Parece una flor, ¿te ascendieron a jardinero de la SS, acaso? —Craig rió, negando suavemente con su cabeza.

—Soy oberschütze, madre.

—Ober… ¿Qué? —esta vez preguntó la niña, quien se había sentado para contemplar a su hermano mayor.

—Oberschütze, Tricia. Es un rango mejor que anwärter*. —aquella explicación pareció simplemente confundir más a su familia, pero la felicidad se mantuvo.