Prólogo

20 5 40
                                    

6 años antes
|
Pueblo de Greendale

- ¡¡largate de aquí niño del demonio y no regreses hasta que aprendas tu lección!!- me grita la horrible Sra. Spencer.

Me empuja por la puerta con rabia haciendo que caiga en un charco de lodo que me ensucia hasta el alma, ja como si antes de caerme estuviera muy limpio.

Me levanto de mala gana, empiezo a caminar por las calles del pueblo sin rumbo fijo, este pueblo tiene algo que siempre me ha gustado, tiene el poder de atraparme, desconozco que es pero funciona, tal vez sea por ese aire de lúgubre y macabro que tiene que me fascina.

A esta hora, todos están en sus hogares, puedo ver desde una ventana de una pequeña casa a una señora de vestido blanco sirve la comida para su familia con una sonrisa estampada en el rostro, la escena me produce asco. Siempre me había parecido excesivo ese cariño que se demuestran esas personas, cuando los niños abrazan a sus padres diciéndoles que los aman entre risas y besos, por favor, como si no supieran que en un futuro esos mismos niños tirarán a sus padres en un asilo  esperando con ansias el día en que se mueran para poder ir a recogerlos. Esa es una de las pocas cosas que odio de este pueblo, las personas se mudan aquí solo para criar a sus hijos teniendo el prototipo de familia perfecta.

Sigo caminando por un buen rato y poco a poco me adentro a el oscuro y espeso bosque, en busca de la pequeña casita que  construí hace algunos años, La primera vez que me echaron del orfanato, y para ser sincero esa pequeña casita me gusta más que en ese lugar en donde estoy viviendo actualmente, ORFANATO LAS ROSAS.

Salgo de mi ensimismamiento cuando a lo lejos se escucha un estruendo, el sonido indudable de una bala, luego vuelve a sonar repetidas veces, por instinto sigo el sonido, parece que mis pies tuvieran vida propia y no se detendrán hasta llegar a su destino.

Algunos metros después, logro divisar una luz que mientras más me acerco, mejor se ve. Los disparos se siguen escuchando, y cada vez el sonido se vuelve mas fuerte, paso por entre unos arbustos cuando la veo, una chica como de mi edad, con cabellos cobrizos de de un rojo de esos que y atrapan, una piel pálida como el papel, algunas pecas adornan su hermoso rostro, sus ojos son de un color verde mezclado con un color miel, esos mismos ojos llenos de lágrimas que la hacen ver más hermosa. La chica con cara de ángel y ojos de diosa porta un revolver en su mano derecha, apunta y dispara sin piedad a una diana de metal con una fotografía de un hombre el cual desconozco, disparo tras disparo, bala tras bala que atinan todas en el cerebro. Se le acaban las balas al tambor y busca más en un bolso gris que se encuentra en el suelo, ella no para de llorar mientras carga el arma, apunta a la diana y endurece la mirada dándole un aire de poder, sujeta el arma como si ella fuera la causante de todos sus problemas, en un pestañear dispara todas las balas las cuales golpean el cerebro del metal.

- ¡¡YO SOY ATENEA JONES Y NADIE PODRÁ DERRUMBARME Y MUCHO MENOS TU!!- dice con odio en su voz-. No te lo voy a permitir, no me vas a destruir, antes te mato yo. -susurra mientas gruesas lágrimas resbalan por sus mejillas.

Parece una diosa, es una mezcla de belleza angelical y la amenaza que lleva pegada en la piel, ella es simplemente magnífica y su cabello como la sangre que la resalta, es diferente, no es como las chicas del pueblo que visten absurdos vestidos rosados y parecen un maldito pastel, tiene un pantalón negro que se ajusta a su trasero y una polera gris olgada, ella es lo opuesto a lo que odio.

A pasa las manos por la cara quitándose parte de las lastimas que adornan su hermoso rostro, con rabia guarda el arma en su bolso, agarra la linterna y sale corriendo, perdiéndose así en la oscuridad de la noche.

No me queda más remedio que regresar por mi camino con la imagen de Atenea en mi  mente, hasta que por fin me encuentro con la casa y abro la puerta de un sopetón, agarro algunas sábanas y me acuesto en mi colchón, tratando de conciliar el sueño, pero no puedo, su imagen recorre mi cabeza una y otra vez, su hermosa voz llena de irá y resentimiento. Ella no es igual a las demás, es simplemente grandiosa.

Ella tiene que ser mía, mi Atenea, mi diosa, mi Kali.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Nota del autor: ¡Espero que les haya gustado! Me esforcé mucho con esto, en serio, no saben cuánto me esforcé. Este prólogo esta dedicado a mi prima y a mi mejor amiga que me ayudaron con esto.

Voy a tratar de subir un capítulo lo más rápido posible, aprovechando de que ya estoy de vacaciones. No se desesperen, les prometo que lo haré lo más rápido posible.
¡Las quiero! Y gracias por entrar Aquí y darle una oportunidad a Atenea.

Significado de Kali: Kali es una diosa  destructora de la maldad y de los demonios, y representa el aspecto destructor de la divinidad.

-Virgy.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 12, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐀𝐭𝐞𝐧𝐞𝐚 // 𝐸𝑛 𝐶𝑢𝑟𝑠𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora