ADOLESCENCIA/INVIERNO

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Louis, dieciocho años

Harry, dieciséis años

HARRY.

Oí la bocina del auto de mi madre y corrí por las hermosas escaleras de la escuela, no sin antes despedirme de mi mejor amiga y compañera de baile: "No me extrañes demasiado, Lizzie. ¡Y no sigas practicando sin mí!" grité mientras la veía corriendo hacía el auto de su familia también. Me sonrió, tirándome un beso, e hizo una pequeña reverencia. Llegué al pequeño auto de mi madre, quien estaba cerca del baúl para poder guardar mi bolsa llena de ropa. La nieve caía a su alrededor mientras guardaba el bolso y cerraba la cajuela con llave. La miré y me miró de vuelta.

"Oh, Harry. Bebé, cuánto has crecido" lloriqueó mientras me abrazaba. Ya la había alcanzado en altura y era raro para ella verme tan cambiado. Era extraño, nos veíamos demasiado poco. La escuela tomaba mucho de mi tiempo, y con los ensayos, las tareas y las horas extras en el estudio casi no tenía tiempo para nada más.

"Mamá, te he extrañado mucho" meses habían pasado de la última vez que nos habíamos reunido. Había sido para cuando ella vino a Londres a ver una hermosa puesta en escena del ballet "El Cascanueces", una en la cual yo había conseguido participar como los bailarines de reparto. Había sido un gran acontecimiento, con quince años estar en el escenario frente a tantas personas había sido un sueño hecho realidad.

"Yo también hijo, muchísimo" nos metimos al auto mientras seguimos conversando. El viaje a Doncaster no era muy largo, y en compañía de mi madre pasó mucho más rápido de lo que debería. Las Fiestas, Navidad especialmente, eran mi época favorita del año.

***

"¡Harry!" gritó Louis desde el frente de mi casa ni bien salí del auto. Oh, esa voz. Había cambiado mucho desde la última vez que nos habíamos visto, hacía un año atrás. Se veía más alto, con el pelo corto peinado hacia arriba. Estaba parado en el medio de la nieve con una enorme chaqueta. Sonrió cuando nuestras miradas se cruzaron. Sonreí también, sintiendo en mi cuerpo una sensación de nauseas, pensé que hasta podría desmayarme. Louis se veía de ensueño, allí sonriendo, observándome. Hermoso, como siempre había sido.

Tomé mi bolso y mi mochila y cerré las puerta del auto, mi madre entró rápidamente a la casa mientras que yo me acerqué a Louis, quien simplemente me tomó en un abrazo apretado, mi cuerpo reaccionando enseguida, abrazándolo de vuelta, con mis brazos en su cuello. Olía tan bien. Me detuve a acariciar con la punta de mi nariz el pelo suave que cepillaba su nuca. Estaba siendo raro. Me retiré, dando un paso hacia atrás y recogiendo el bolso que había caído al suelo blanco y congelado.

Louis me miró de arriba a abajo. "Estás... diferente" dijo sacando todo el aliento de su cuerpo. Me incomodé. Yo no me sentía diferente. Siempre había sido igual con Louis. Miré a mis zapatillas, no queriendo ver los ojos intensos del hombre que tenía enfrente. Sentí unas manos en la cara que me hicieron levantar la vista. Mordí mi labio inferior, mientras sentía un calor recorrerme el cuerpo entero. No podía controlarme, era una reacción instintiva al tacto de Louis. "Oye, diferente es bueno. Estás cambiado... para bien" explicó y mi corazón se contentó. Sonreí mientras bajó sus manos de mi cara y agarró el bolso, llevándolo hacia la entrada de mi casa. Lo seguí.

"Gracias..." y antes de que entráramos dije rápidamente: "Tú también estás cambiado, más... varonil". Qué estúpido, ¿qué había sido eso? No importaba, Louis había sonreído, guiñando un ojo y abriendo la puerta de entrada, dejando ver la humilde cocina/comedor de mi casa. Era tan distinta al maravilloso comedor común que teníamos en la escuela, donde el lujo era pan de cada día. Me gustaba más esto, la familiar pequeñez de mi hogar.

Not Who We Used To Be // larry stylinson fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora