Abrí mis ojos lentamente deseando que todo hubiera sido un sueño, pero no, ahí estaba tumbada en la pequeña cama de mi cuarto sintiendo mi corta existencia completamente miserable.
¿No era todo esto una pesadilla?... cuanto diera porque así fuera.
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Arriba les dejo un Gif que representa el momento cumbre de este capítulo, Dios les bendiga. ---------------------------------
Despues de la clase de Psicología Cognitiva salimos como demonio en campaña evangelista, ya eran la 1:00pm y mi estomago estaba hablando en lenguas como diría Lucia. Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue tirarme a mi cama, habían días de clases que resultaban siendo muy agotadores.
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Ahhhh, se siente muy bien quitarme los zapatos y el sostén después de un largo día de clases... pequeños placeres de la vida. Estaba a punto de quedarme dormida cuando recordé el encuentro que tuve con Ana y su hermano Andrew, en serio estaba muy cambiado...Ana se veía prácticamente igual que hace algunos años, sólo estaba más alta, pero Andrew, Dios, Andrew... ¡Oh, espera! ¿Qué estás pensando Laila? Sólo es un chico guapo y ya, superalo... y así fue... mi estómago gruño y baje enseguida a ver que había de almuerzo, me olvidé enseguida de que había visto a Andrew en la universidad ese día.
Me cambié la ropa que traía de la universidad por una pijama, y sí, sé que aún está muy temprano para ponermela, pero no importa, está pijama es mi favorita porque es comodisima, además nadie viene a visitarme a parte de Caroline(que no vendrá hoy), así que no es la gran cosa que esté en estas fachas. Bajé pareciendo una loca con mi pijama ancha y viejita, baje las escaleras arrastrando los pies, tenía mucha flojera. Llegué a la cocina y me sorprendí cuando dirigí mi mirada a la sala y vi a Diana, Lucía y a... papá, ni siquiera sabía que papá había vuelto de su viaje. Todos me miraron con cara de: '¿Y ahora a está que le pasa?' Lucía soltó una risita burlona... -Laila, a penas son las 2:00pm ¿por qué tienes tu pijama puesta?- dijo Lucia con tono de voz divertido -¿Ahh?¿Qué?- dije con cara de boba -Ahhh, es cierto, estoy es pijama en plena hora de almuerzo- dije cuando recordé y después miré lo que llevaba puesto. -Hija, ya te he dicho que debes estar un poco más presentable aún cuando estés en casa, ten en cuesta que vienen muchos hermanos de la iglesia a visitarnos, y no sería adecuado que te vieran en esas fachas- dijo mi padre con un tono de voz tranquilo, pero al mismo tiempo autoritario. -Está bien, papá, cómo digas- dije con un poco de tristeza y decepción. Han pasado días desde la última vez que vi a papá, y sin mencionar que ni siquiera estuvo en mi cumpleaños, lo primero que debería hacer al verme es felicitarme y decirme que me extrañó o algo parecido, pero no, lo primero que me dice es sobre mi ropa, es increíble.
-¿Qué tal estuvo el congreso de pastores?- dije tratando de disimular mi incomodidad.
-Oh, estuvo bien, fue de gran bendición, y pude ver como la gloria del Señor se manifestó en todos los días que estuve allá, Dios es bueno. -Ah, que bien- dije mientras me dirigía a la cocina. Me serví un poco de arroz con pollo del sartén que estaba en la estufa, saqué gaseosa de la nevera y me dirigí a mi habitación -...Por cierto Laila, en tu mesa de noche deje algo para ti.
-¿Para mí?¿Qué es?- dije tratando de disimular la emoción, recordé los tiempos en donde papá de iba de viaje y nos traía muchos dulces a Leila y a mi, ojalá ella también estuviera aquí.
