Anh se dejó caer en su cama, tapando sus ojos con su antebrazo. Miró su reloj, levantando un poco su brazo. Las 3 de la mañana.
Se había convertido en una costumbre estar alerta a esa hora. Podía sentirse más alerta y con ganas de defender a todos y a todo lo que fuera bueno. Sus poderes eran cada vez más difíciles de controlar. Se sentía acorralada.
Se sentó en su cama, mirando por la ventana. La oscura noche pintaba tranquila, pero había algo en el susurro del viento, un olor a muerte y amargo. Se levantó y se acercó a su ventana, dirigiendo su mirada por todos lados.
—Estás muy tranquilo... ¿Qué estás tramando? —susurró Anh, mirando entre las sombras.
—Sólo quiero que volvamos a ser felices— respondieron detrás de ella, pero Anh ni siquiera se inmutó, con su vista clavada en las sombras que emanaban de las esquinas, moviéndose por todos lados y entrando a las casas.
Eran demonios de pesadillas. Atormentaban a la gente que obraba mal en la tierra.
—¿Felices? —dijo con ironía, sonriendo amargamente. Se abrazó a sí misma, sintiendo el frío detrás de ella. TaeYong emanaba maldad, pero sobre todo, tristeza y culpa.
—Felices —afirmó él, estirando su brazo para tocarla, pero se resistió. Había algo en ella que lo repelía, pero al mismo tiempo le fascinaba.
—No puedes ser feliz si quieres controlar lo que te puede destruir— murmuró, apretando sus uñas en sus brazos. La presencia de TaeYong se tornó violenta. En un rápido movimiento; TaeYong estampó a Anh contra la pared, haciendo que su mejilla quedara en la fría superficie.
—¿Acaso crees que puedes destruirme? —susurró TaeYong contra su oído. Anh peleó por liberar sus manos que estaban apresadas en su espalda por una mano del demonio. —Eres un pequeño ángel sin importancia, un ángel débil, que puede ser fuerte a mi lado, sólo si aceptaras tu destino, nos harías a todos esto más fácil —lamió su cuello.
Anh jadeó en desacuerdo y asco. Tener a TaeYong cerca le hacia estar alerta y violenta. Algo dentro de ella burbujeaba por salir.
—Acepto mi destino como el ángel que te va a destruir —gruñó Anh, tratando de controlarse. Podría causar un caos si empezaba a luchar con TaeYong.
—Querida Rim— pegó su cuerpo a ella. Anh apretó los dientes, la erección de TaeYong estaba justo en su trasero.
Sentía asco y desprecio. Si no se quitaba pronto, podría llevarse unos buenos golpes.
—Ambos estamos hechos el uno para el otro, AnhRim, tarde o temprano estarás conmigo, sino, los que amas podrían sufrir demasiado. —susurró en su oído. Anh tragó saliva. —Y si... Hablo del idiota de tu novio —apretó sus manos contra su espalda, haciéndola gemir de dolor. —Nos veremos muy pronto, mi amor. Duerme bien —le besó la mejilla y desapareció de ahí.
Anh calló al suelo, sintiendo su estómago nudo. Se levantó rápidamente y corrió a su baño para vomitar toda su cena.
La ira y el desprecio saliendo como un torrente de emociones. Odiaba esto.
Odiaba a TaeYong.
Sostuvo su estómago, sentándose frente al retrete y mirando fijamente un punto en la pared.
Odiaba tener ésta responsabilidad y odiaba la hora en la que la habían elegido para esto.
Como pudo, se levantó y se sentó en su cama, encontrándose con su soledad. No había hablado con Jaemin pues el chico tenía un examen importante en unas horas y ella no quería distraerlo, aún y cuando él insistía en que no era nada.
Las lágrimas llenaron sus ojos blancos, dejándola sentir todo lo que había dentro de ella. Era demasiado.
Sólo quería que todos estuvieran a salvo, ¿era mucho pedir?
Corregiré los errores mañana. Gracias a lxs que siguen leyendo esto 💚💚