Me levanté muy temprano y le dije a unos amigos que fuéramos a cabalgar un rato ya que mañana tenemos que estar en San Luis para un rodeo.
-¿Y ya estan listos para el rodeo de mañana? -pregunta Carlos.
-Yo estoy ansioso de regresar a San Luis -se oye la voz de Oscar detrás de mí. -¿Y tú Pablo?
-Yo también estoy emocionado, hace mucho tiempo no voy para allá -seguimos por un camino que llega a la playa.
-¿Una carrera o que plebes? -dice Oscar parandose en seco.
-Jalo -dice Carlos mirándome.
-Pero hay que hacer una apuesta -se coloca en un costado de Oscar.
-Que quieres perder -le digo en tono retador.
-Calmala todas puedo -tras su comentario Oscar y yo soltamos una carcajada. -Los que pierdan invitan el almuerzo que el ganador quiera.
-Que bueno por que me muero de hambre -miramos a Oscar y nos reímos al verlo tocarse el estómago.
-¿Que dices Pablo? Jalas o te freseas.
-Por supuesto que jalo -me colocó a un lado de Carlos. -Espero que traigan dinero por que van a perder.
-Eso es lo que tú crees -me mira de reojo.
-¿Están listos? -grita Oscar.
-Listos -gritamos Carlos y yo al mismo tiempo.
-A la una -grita Oscar.
-A las dos -le sigue Carlos.
-Y a las tres -al instante que grité salimos corriendo a toda velocidad.
Llegamos al rancho para dejar los caballos y dejar todo listo antes de irnos a San Luis. Los tres nos dirigimos a desensillar a los caballos y dejarlos en sus corrales.
-¿Y ya pensaste que es lo que vamos a comer? -pregunta Carlos cerrando la puerta del corral y caminando hacía Oscar.
-Si, ya lo pensé -me dirijo con ellos. -Unos taquitos al pastor.
-No quieres nada wey -dice Carlos en tono sarcástico.
-Es lo correcto -le digo a Carlos.
-Oscar nos ganó a la buena -le doy una palmada a Oscar en la espalda. -Aparte fuiste tú quien puso la apuesta.
-Si ya lo sé wey, pero ya vámonos que yo también ya tengo hambre.
-Recuerden que tenemos que agarrar camino a San Luis -dice Oscar. -Son 6 horas de viaje en carretera acuérdense.
-Tienes razón Oscar, vámonos a comer de una vez.
Terminamos de comer y fuimos por nuestras cosas para agarrar camino, son las 3 de la tarde y ya vamos en la carretera. Carlos es el que va manejando.
-Oye Pablo -me dice Oscar desde el asiento de atrás. -¿Y ya sabes donde te quedarás llegando a San Luis?
-Si, con un amigo que también competirá mañana, ¿y ustedes?
-Con mi tía -dice Carlos sin quitar la vista del camino.
Llegamos a San Luis y le dije la dirección de la casa de Raúl a Carlos, la última vez que lo vi me dijo que esa casa era de su mamá, pero eso fue hace muchos años y no estoy 100% seguro de que siga viviendo ahí. Cuando nos íbamos acercando a la casa mire que Raúl iba de salida, pero la ver que nos acercabamos se esperó.
-Wey -me bajé del carro. -¿Cómo has estado?
-Carnal -nos damos un abrazo.
-Que gusto verte -se asoma al carro y saluda a Carlos y a Oscar.
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Trueno de vida
RomansaPaloma Castillo una chica que ama el rodeo hará su debut en la carrera de barril, junto a ella un joven jinete de toros llegó de Rosarito para participar en el rodeo. Un accidente los va a unir, pero otro accidente los podría separar para siempre. ...